Una delicia. Ver de nuevo al Valencia CF, a un Valencia CF distinto al de la pasada temporada, pero al final un Valencia CF ganador en un campo complicadísimo y un paso de gigante esta temporada en el primer partido de Liga de Campeones. Era algo casi impensable, pero absolutamente merecido. La implicación de todos los jugadores que saltaron al terreno de juego fue de entrega, de orden, de sacrificio y de acierto en ese gol de Rodrigo -magistral- tras una falta lanzada también magistralmente por RodrigoParejo Los jugadores del Valencia CF se dejaron ayer el alma en el campo complicado del Chelsea y de alguna forma sirve para definir como es de cambiante el fútbol.

Palabras de Parejo

Al término del duelo tomó la palabra Parejo y habló como debe hacer un capitán. Un diez para Parejo y una llamada importante para recibir al equipo con un lleno en Mestalla en el siguiente partido. Y por cierto, Celades jugó con un 4-4-2 y le salió perfecta la apuesta. El Valencia jugó de cine y quizá solo hubo un cambio claro y contundente en el once titular. Cheryshev fue titular en lugar de un Guedesy eso le acusó en positivo todo el Valencia CF. Atrevida acción de Albert Celades que merece un aplauso unánime de todos.

Orden defensivo

Y el Valencia ganó al Chelsea al margen de la jugada del gol y del penal fallado por los británicos por un extraordinario orden defensivo y por un trabajo en general de todo el equipo digno de aplaudir. Jugando así, compactos pero algo más abiertos que con Marcelino, y ante un rival de la entidad del Chelsea, es un placer ver debutar al Valencia en esta Champions que así de entrada se le pone de cara para pasar a la siguiente fase. Y no solo eso, de alguna forma se levantan los corazones valencianistas que andaban cabizbajos y de baja moral y se recobra la sustancia verdadera de este deporte donde todo es posible y don de existen días o noches tan maravillosas como la de ayer.Mi camiseta

Vi el partido en mi casa por televisión y acompañado de mi hijo mediano para intentar disfrutar de algo diferente, para salir de alguna forma de esa depresión futbolera que nos atenazaba a todos desde el verano y sobre todo desde el cese de Marcelino. ¿Y saben que paso? Pues en el descanso, después de ver cómo había jugado el Valencia CF y con una ilusión tremenda en llegar al final con al menos un empatito, nos pusimos los dos la camiseta del Valencia CF y disfrutamos como locos con el gol de Rodrigo Moreno y con el penalti fallado por el Chelsea. Y el abrazo final, esa abrazo entre padre e hijo cantando de alegría, es difícil de explicar y de traducir. Pero fue inmenso. Fue hermoso... tan hermoso como el juego y la victoria del Valencia CF. Enorme. Ya tengo ganas de que llegue el partido ante el Leganés.

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