Reconozco que se puede considerar hasta una falta de respeto titular así, pero a lo que hemos asistido como valencianistas en Arabia Saudí es una vergüenza de considerables proporciones. Con todo y con ello sí que existe un tipo que está feliz con lo que ha programado de forma caprichosa y así le vimos disfrutando de un partido indigno sentado en un sillón y casi muerto de risa por todo cuanto estaba aconteciendo sobre el terreno de juego entre el Valencia CF y el Real Madrid. Bueno, primero voy a decir lo que resulta obvio y absolutamente deportivo. Y eso es claro y determinante en contra de un Valencia CF vulgar y fallón que no dio la talla en absoluto ante un Real Madrid que se lo comió con patatas. Vale, sí, es injuso que el equipo de Florentino Pérez asistiera a ese partido porque no se lo había ganado por la vía legal, o sea en el terreno de juego, pero cometida la injusticia, también resultó vergonzosa la pobre imagen ofertada por el equipo de Celades, con el fallo inexplicable de Jaume en el primer gol del Madrid que de alguna forma fue casi definitivo para poner el partido en manos de quién menos se lo merecía de antemano.

Y sigo, Rubiales reía sin parar como si le estuviera explicando al jeque árabe que su apellido con su aspecto físico tiene muy poco que ver. En plan monólogo, no puedes ser calvo y llamarte Rubiales y encima ir por ahí tomando el pelo a la gente, muerto de risa ante semejante afrenta. El presidente de la Federación Española ha quedado a la altura del betún por organizar, sin previo aviso, un torneo indigno en un país que jamás debió acoger semejante montaje. Todo es un disparate impropio de un país tan futbolero como el nuestro y de una forma de gobernar por parte de Rubiales que no ha respetado los derechos adquiridos, se inventó un montaje fuera de plazo y con dos equipos que jamás deberían disputar esta competición, que debería empezar a llamarse ‘Supercosa’ en lugar de Supercopa por la indignidad con la que se está llevando a cabo todo.

Sí, el Valencia de Celades jugó de pena, compitió muy por debajo de sus posibilidades y de lo que esperábamos ante el Real Madrid, pero más sucio ha jugado la Federación Española con este evento, una competición oficial con una historia y un prestigio como la Supercopa vendida de forma oscura en un país donde jamás debió haberse disputado por muchas razones de todo tipo. Y tomadura de pelo impresentable para un Valencia CF que de hecho ni se presentó, si tenemos en cuenta el pésimo partido que jugó ante un Madrid mucho más vivo y metido en el duelo. En resumen, el ridículo es absoluto. Y sí, a mí esta Supercosa me ha parecido una vergüenza. Y más pena me da todavía la imagen ofertada por Rubiales en el palco de autoridades.

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