Hacen lo que les gusta, lo hacen bien, y ganan un montçón de pata por ellos. Son futbolistas profesionales, los de Primera, los del Valencia CF, que pueden tener un respeto enorme a este virus que nos está afectando a todos de una forma desigual, pero que deben ser objetivos, me refiero a ellos, y al margen de vivir como dios haciendo lo que más les gusta a ellos y lo que más les gusta a casi todo el mundo, encima se sienten con la contundencia de quejarse para no volver al trabajo en tiempo y forma. Tiene razón Albelda . Es necesario el esfuerzo de unos tipos que viven de cine. La sociedad los necesita. Y la seguridad concreta no existe en ninguna parte.

La normalidad

Y digo todo esto por la sencilla razón de que algún futbolista profesional, uno de esos que gana en un año más dinero del que ustedes van a ver en todo su vida, reclama más seguridad para volver a los terrenos de juego a disputar partidos y así acabar la Liga. Lo curioso del caso es que escucho esas palabras de algún futbolista dictadas desde su inmenso chalet y con un jardín espectacular por donde puede tomar el aire y practicar algo de ejercicio en la intimidad.

Y me cabreo

Y oigan, cuando les escucho protestar comentando la posibilidad de volver cuanto antes a ese trabajo que les ha convertido en millonarios -ellos ni tienen un ERTE como la mayoría de los periodistas que seguimos trabajando todos los días, ojo- me pongo de los nervios y me entra cierto cabreo. En la vida la seguridad al cien por cien no existe en ninguna parte... y los millones que la mayoría de los futbolistas profesionales que tienen en el banco, tampoco.

Pónganse las pilas

Y oigan, yo lo tengo claro y no escucho ninguna queja de ningún millonario que es eso, millonario, por hacer lo que más le gusta enel mundo: darle patadas a un balón. Miren, en toda esta historia que estamos viviendo el grupo de personas que más dinero gana y que menos se arriesga en la vida es un futbolista. Viven en chalets de lujo, ganan una millonada, no son médicos de esos que se juegan la vida cada dos por tres, ni ciudadanos que se las van a ver negras para llegar al día 2 del próxima mes. ¿Seguridad? A jugar, señores, con prudencia y sin chorradas. O denme algo de su pasta y yo me quedo tranquilito en mi casa.

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