Un goleador en la sombra. Un obrero del fútbol. Lejos de ser el prototipo de delantero centro que acostumbra a recibir halagos, pero que a fuerza de tesón y de meter una y otra vez el balón al fondo de la portería ha demostrado un potencial de oro. Su mejor temporada llegó tarde. Con 27 años y las rodillas rasgadas de haber tocado el barro en categorías que le quedaban pequeñas le llegó el turno en Primera División y ahí dio la razón a aquellos que confiaron en su fútbol. Después, Osasuna descendió e Inglaterra llamó a su puerta. El proyecto del Wigan sedujo al ariete, pero la situación del equipo ´Latic´ ha terminado por provocar que el catalán sea una de las joyas de este mercado invernal y ahí aparece el Levante, quien ha llamado al futbolista para tratar de hacerle pisar el Ciutat con la camiseta granota. En Valencia además se encontraría con Lucas Alcaraz, un técnico que le conoce y le dio confianza en su etapa en el Córdoba.

Con un físico magnífico pero alejado del ´9´ únicamente rematador, aunque eso es algo que también tiene. Oriol Riera demostró en Osasuna sus habilidades, para aquellos que donde los focos apuntan menos -Alcorcón- no pudieron disfrutarle. Un privilegiado del área y con un cabezazo acorde a su 1,84. Su repertorio se completa con un disparo lejano envidiable. Desde esa posición en la que muchos puntas no se sienten cómodos él escapa de etiquetas y se transforma en un hombre capaz de combinar. Además de aguantar de espaldas y parar el reloj para que los compañeros acudan a su lado, Oriol distribuye con suma facilidad y ese es tal vez, de manera paradójica, uno de los mayores motivos por los que no funcionó en el Wigan Athletic de Uwe Rosler.

Después de convertirse en el sexto mejor goleador español en la Liga BBVA con Osasuna aterrizó en Inglaterra. Un equipo Premier que acababa de descender era el destino escogido. El proyecto gustó a Oriol pero el fútbol de Rosler terminó por arruinar el idilio Wigan-Riera. El estilo directo, lejos de aquel equipo que copaba columnas y halagos cuando el español Roberto Martínez estaba al mando, acabó por destrozar el trabajo del de Balaguer y eso afectó al delantero catalán. Su inicio prometía. Titular y con un rol importante pero sin salir beneficiado del estilo que proponían desde el banquillo, Riera fue perdiendo protagonismo y acabó contagiándose de la dinámica del conjunto.

Con el mercado invernal llega el momento idóneo para Oriol Riera. Su situación es como un caramelo a la puerta de un colegio para los equipos españoles y el Levante ha querido adelantarse. Desde la entidad ya han marcado las teclas y el futbolista conoce el interés. Sin duda, si el delantero de Vich desembarca en el Ciutat de Valencia, ese sería el mejor regalo de Navidad para los seguidores granotas.

Como demostró en El Sadar su fútbol provoca multitud de opciones en el ataque y muchas de ellas conectan a la perfección con el estilo del Levante. En el contraataque Oriol Riera supone aire fresco. Su habilidad para aguantar, controlar de manera orientada y abrir a las bandas o introducir un pase interior es exquisita. Además, en ese estilo explota otra de sus virtudes, la llegada al área. En el remate es sublime y llegando en carrera buscando el espacio al primer o al segundo palo se encuentra como en casa. Con eso aparece su seña de identidad: el golpeo de cabeza. Eso es algo que sabe Ancelotti, quien en el empate del conjunto blanco en el Sadar la temporada pasada recibió dos goles del por aquel entonces punta rojillo.

Con ganas de revivir alegrías similares, Oriol Riera espera poder cerrar un fichaje que le traiga de vuelta a España. El Levante ya le ha hecho saber su interés y ahora la misión del club será tratar de conseguir que vista sus colores, algo que también están tratando de hacer otras entidades como Deportivo de la Coruña y Málaga, quienes también estarían detrás de él.