El vestuario está cansado de los arbitrajes

El gol anulado a Pablo en Santander fue la puntilla para un equipo harto de tantos errores en contra. Pese a ello, no tirarán la toalla en su pelea por entrar en promoción 

Álex Muñoz, protestando al árbitro.

Álex Muñoz, protestando al árbitro. / LALIGA

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El Levante mantiene sus opciones de entrar en la promoción de ascenso a Primera División después del empate en Santander. Pese a que los de Felipe Miñambres necesiten sumar triuntos sin descanso para aumentar sus posibilidades de terminar la temporada entre los seis primeros, la unidad sumada, labrada desde el descaro y mirándole a los ojos a otro candidato para ir a los playoff en su campo, le da autoestima para afrontar el tramo final de competición creyendo en sus capacidades. No será una tarea sencilla, pero al Levante no le queda más remedio que contar sus partidos por victorias. Pese a ello, en el camino hacia el sueño de volver a Primera División siempre ha habido zancadillas, tanto por fallos propios como por errores externos. Principalmente, por un sistema de vídeo arbitraje que sigue sin atinar con sus decisiones. 

Tal y como ocurrió en Lezama, en Butarque, en el RCDE Stadium y ante el Villarreal B en el Ciutat, el VAR actuó de manera injusta en una diana de los granotas. Pablo Martínez, en línea con el último defensor del Racing de Santander, marcó a falta de pocos minutos para la finalización del choque, pero la sala VOR tiró las rectas desde la posición de un Fabrício que no participó en la acción. El brasileño se situó en posiciones antirreglamentarias, pero no entró en el rango de acción ni estuvo cerca del círculo de acciones. Las líneas mal tiradas invalidaron un tanto que, como mínimo, fue justo y exigió una revisión más exhaustiva de la que hubo sobre el césped. Independientemente de que no tuviera tanta repercusión como los fallos que afectaron al Levante en anteriores ocasiones, el equipo de Felipe Miñambres salío de los Campos de Sport de El Sardinero rabioso tras sentirse otra vez perjudicado, consciente de la importancia que suponía ganar después del batacazo imperdonable ante el Amorebieta.

Pablo Martínez, autor del tanto, le pidió explicaciones a González Francés, árbitro del partido, pero el colegiado no desarrolló su decisión. Simplemente, le dijo que fue fuera de juego sin ir más allá. De hecho, el equipo pensó que validarían el tanto, pero, para sorpresa de los levantinistas, no subió al marcador. A falta de seis jornadas, y a tres de la promoción de ascenso a la espera de lo que haga el Oviedo en el campo del Cartagena, el Levante está obligado a hacer un tramo final de temporada inmaculado si quiere tener garantías de promocionar a Primera División. «Sin las líneas me parece fuera de juego, pero cuando las he visto... me parece que no es fuera de juego. No sé si están bien o mal tiradas. Están sobre el pie de Fabrício, no sobre el hombro de Pablo», dijo Miñambres en la rueda de prensa posterior.

A su vez, el técnico anima a los suyos a seguir insistiendo en el sueño de subir a la élite. «¿Por qué no vamos a tener la chispa de suerte al final y ganar tres partidos seguidos a final de temporada? Estamos siempre cerca de ganar, no somos un equipo que no va a por la victoria. La realidad es la que es, pero vamos a seguir intentándolo», comentó el astorgano, esperanzado en las opciones de su equipo.

Suscríbete para seguir leyendo