El máximo mandatario granota pasa revista al 2013, un año en el que el punto álgido de los octavos de la Euroliga quedó ensombrecido por el escándalo de los presuntos amaños, y pronostica su continuidad en el cargo más allá de 2014 pese a que en diciembre expira su mandato como presidente. Quico echa la vista atrás y desvela que pensó que a estas alturas ya no continuaría en el club pero admite también que el próximo diciembre «la mayoría de las cosas» por las cuales se prestó a la llamada de la administración concursal allá por 2009 «todavía no estarán terminadas».

¿Qué resumen hace del año?

-Ha sido un año importante para el club. Histórico. Tuvimos la oportunidad de disfrutar de Europa, que era un sueño, y encima competimos a un gran nivel llegando hasta octavos. En Liga conseguimos el objetivo un año más de seguir en Primera. Y en esta segunda parte del año estamos en el sitio, en los puntos; hemos pasado una rachita complicada, pero nos hemos recuperado y nos sentimos orgullosos de lo que se ha hecho.

-En 2013 se han juntado lo mejores momentos con lo peores debido al caso de los presuntos amaños y la amenaza que supuso para la entidad.

-Sí, es verdad. Hemos vivido momentos complicados, más que a nivel deportivo, institucional, porque ha afectado más a la institución y lógicamente al vestuario. Eso se gestionó y ahora lo que queda es esperar acontecimientos. Como club nos pusimos al servicio de las entidades del fútbol para colaborar en lo que fuera necesario. Ojalá se quede en un affaire, en un comentario que lógicamente ha hecho daño al club.

-¿Ha aprendido Quico después de aquello?

-De todo se aprende. De aquello hemos aprendido. Lo que pasa es que nunca estás preparado para vivir situaciones de ese estilo. Nadie se forma para eso ni piensa que le va a estallar una cosa así. En todos los ámbitos del club hemos aprendido: vestuario, cuerpo técnico, dirección deportiva... Todos hemos aprendido de lo mal que se pasa, del sufrimiento.

-¿Es posible que en 2013 haya llorado de alegría y tristeza?

-Sí. Evidentemente vivir una situación europea fue algo muy grande. Aunque para mí deportivamente eso no ha sido lo más grande, sino el ascenso de 2010 y lo que conseguimos año tras año, que es seguir en la elite. La Europa League fue un regalo importantísimo gracias al trabajo del cuerpo técnico y la plantilla pero al final somos una empresa y su viabilidad tiene varios hitos que la marcan y uno de ellos es la permanencia.

-Fue por estas fechas cuando se convirtió de director general en presidente. Además de en las ojeras, ¿en qué ha cambiado?

-Tengo más ojeras, menos pelo, más kilos... Has envejecido, aunque por otro lado has aprendido muchas cosas, has madurado, el club ha crecido a una velocidad de vértigo pero teniendo muy claro que los pies en el suelo los teníamos que mantener. Hemos crecido con coherencia y equilibrio, sin perder de vista de dónde venimos y cuáles son nuestras obligaciones.

-¿Temió por el proyecto en abril?

-No, porque el proyecto tenía y tiene unas bases muy asentadas, pero sí que lo más me preocupaba era la imagen del club. Nos había costado mucho trabajo recuperar credibilidad e identidad y al final se señalaba al Levante, no sólo a personas. En ese momento la máxima preocupación es por supuesto que no hubiera existido nada y que no afectara a la institución.

-Siempre mantuvo que sería un presidente con fecha de caducidad y que sabría cuál era el momento de irse. Sin embargo, según manifestaciones recientes, su intención es la de alargar su mandato una vez expire el próximo diciembre.­

-Sí, lo que pasa es que también es verdad que yo no pensaba acabar el mandato, sinceramente. Y ahora, pues me doy cuenta, y el Consejo se da cuenta, de que se requiere de un poco más de tiempo. En ese sentido sí es verdad que me gustaría acabarlo porque cuando empiezas y te sometes a tantas complicaciones y empiezas a proyectar un nuevo futuro llega un momento en que estamos ahí. Y posiblemente sea arriesgar porque lo más fácil habría sido irme el pasado junio o en junio de 2014 consiguiendo los objetivos y haciendo tantos días historia, pero también es verdad que quedan muchas cosas por hacer y que en diciembre de 2014 la gran mayoría de cosas no se habrán solucionado cuando estamos en ´el camino de´.

-¿Si inicia otro mandato será con idea de terminarlo?

-Por fechas, en 2018 mucho se habrá reconducido ya. Creo que podría ser suficiente.

-¿Por qué pensaba que no acabaría la ´legislatura´?

-Por mí, no porque se fuera a dar ninguna circunstancia. En momentos determinados sí que me he planteado alguna vez que esta situación estaba hipotecando muchas cosas mías. Vine al Levante porque me llamaron, tenía una estabilidad personal y profesional, no necesitaba fútbol. Pero el proyecto era tan apasionante que di ese paso. Lo he abordado sin marcarme unas fechas.

-Profesionalmente sí que ha mejorado.

-Lógicamente el crecimiento del club ha hecho crecer a todos los que estamos aquí dentro. Todos nos estamos dando unos a otros.

-Tampoco se ven alternativas para liderar el club.

-En esta vida nadie somos imprescindibles. A parte, lo creo, cuando llegue el día que Quico Catalán y el Consejo salgan, seguro que vienen otros y el deseo mío es que como mínimo nos superen, no que nos igualen. Y estoy convencido de que el Consejo que venga después seguro que lo hace muy bien.

-Aportará tranquilidad que nadie lleve la contra, pero a largo plazo no le parece que puede ser hasta molesto...

-Creo que en el fútbol todos los días nos examinan, a los jugadores a lo mejor cada semana y 15 días en casa, pero a los ejecutivos, a los presidentes, todos los días. Nosotros cada día jugamos un partido y cualquier decisión que se tome los medios la estáis valorando. Estamos siempre sometidos a ese nivel de exigencia que nosotros lo ponemos muy alto. En el fútbol, aunque no haya una oposición, tu tienes la exigencia de darle al aficionado lo máximo.

-Nunca le han dedicado una pañolada. Es un trago por el que no ha tenido que pasar.

-Tampoco la habremos merecido, habremos hecho las cosas un poco bien. Es verdad que si analizas la evolución de estos cinco años casi ya desde que entré de director general nosotros hemos vivido momentos complicados también a nivel deportivo. En Segunda A por estas fechas estábamos a tres puntos del descenso a Segunda B y a once del ascenso cuando el objetivo era consolidar al equipo para en dos o tres años abordar ese salto. Ascendimos y en Primera a esta salturas llevábamos 15 puntos, y empezó la segunda vuelta y teníamos los mismos 15 puntos y en ese momento tampoco hubo pañoladas. El mensaje llegó a la afición, caló, y esa madurez de la afición nos ha permitido trabajar con esa solvencia que siempre ha existido. Todos los días me equivoco 48.000 veces como mínimo pero la imagen del proyecto, el camino a seguir, ha calado.

-El nivel de exigencia sí ha cambiado. Ahora se pierden cuatro partidos y se pita.

-El nivel de exigencia que la gente entienda que debe ser otro está muy bien, se respeta y hay que acatarlo. Pero la gente debe darse cuenta de que este club está evolucionando y ha crecido mucho pero que aun así la permanencia es un éxito rotundo y eso no hay que perderlo de vista. Nuestros objetivos deben seguir siendo los mismos y eso merece premio y el halago por parte de la afición. A lo largo de la temporada hay momentos y lógicamente a la gente no le gustan cuatro jornadas sin ganar. Hemos pasado la barrera de los 17 puntos que tanto nos había costado, pasamos la eliminatoria de Copa, acabamos el año con buenos números, a seis del descenso, y estamos en una situación óptima para conseguir el objetivo de la permanencia.

-¿En esa situación deportiva el presidente qué puede aportar?

-El presidente, como cualquier empleado, lo que tiene que aportar es equilibrio, coherencia, tranquilidad, apoyo máximo a jugadores y entrenador y dotar de normalidad a las situaciones. A lo largo de la temporada a lo mejor no era normal que tuviéramos 17 puntos antes de esas cuatro derrotas consecutivas y sí era normal tenerlos después. Hay que tener una visión más amplia de las cosas. A lo mejor no puntuaste también de forma injusta: en el minuto 90 contra el Granada habrías sacado un punto; contra el Villarreal en el 2 nos quedamos con 10, 0-1 y expulsión del portero; en San Mamés nos ponemos 0-1 y competimos; y en el partido de Getafe competimos todo el partido.

-El equipo a lo largo de esta temporada casi siempre ha tenido más puntos que sensaciones, ¿cómo lo ve usted?

-Yo pienso, como dice nuestro entrenador, que puedes tener grandes sensaciones como el otro día en el Calderón, donde tuvimos grandes posibilidades de puntuar y nos volvimos a casa con cero puntos. Al final en el fútbol los partidos se ganan o se pierden por pequeños detalles: unas veces están a tu favor y otros en contra. En estos momentos las sensaciones son muy bonitas: en el Calderón, contra el Elche o el mismo Recreativo, que no era un partido fácil y el equipo desde el minuto 1 demostró las ganas de pasar la eliminatoria. Me encantaría ganar los partidos con las mejores sensaciones, pero no siempre es así.

-¿De eso hablaba con Caparrós en los pasillos del Calderón?

-No recuerdo la conversación, pero hablas de pequeños detalles, de cómo ha ido el partido, del árbitro€ De todo un poco. Suelo hablar con el entrenador cuando acaban los partidos; la sensación es muy importante.

-Con este entrenador, al menos de puertas para afuera, parece que hable más.

-Igual, ni más ni menos. Cuando nos vemos, fundamentalmente los días de partido. Con Juan Ignacio nos veíamos más; él a lo mejor venía más por el club y Joaquin pasa menos tiempo en el club, así que a lo mejor aprovecham­­­os más los desplazamientos para hablar de cosas.

-¿Sigue siendo Caparrós ese entrenador que le enamoró en verano?

-Sí, claro que sí, no hay motivos que me inviten a cambiar de opinión. A mí no me enamoró, enamoró a Manolo Salvador. Cuando me traslada eso de entrada lo veía harto complicado por su trayectoria, caché... por todo. Luego ya lo conoces y te das cuenta de que todo eso tiene un porqué. Tenemos un gran entrenador que está dando un gran rendimiento y dotando de un gran valor al club.

-Dice que su fichaje parecía harto complicado, ¿y su posible renovación? Le ofrecieron dos años y firmó uno.

-No es así, entendimos las partes que teníamos que firmar uno por las circunstancias. Estaría encantado de que siguiera porque habría significado que él está a gusto con nosotros y nosotros con él. Y que se dan los parámetros para que se produjera esa renovación.

-El míster aseguró que en 3-4 meses podría quedar todo claro o roto€

-He escuchado alguna declaración del director deportivo de que por él continuaría Joaquin. Como una parte y la otra sabemos lo que somos y lo que queremos, cuando se dé ese momento, que ojalá se dé, no creo que haya que hablar mucho.

-¿Ve a día de hoy a Caparrós en el Levante la próxima temporada?

-Por su parte creo que sí, estoy convencido de ello, y el Levante no contempla otro escenario.

-Se le viene un partidazo más allá del derbi, el de La Caixa y Cajamar.

-Hemos hecho ya la pretemporada y tenido varias conversaciones. Hace unos días tuvimos otra y creo que estamos en el camino correcto.

-Habló de 20 años...

-A largo plazo,nos movemos entre 15 y 20 años.

-¿Al Levante sí que le refinancian?

-Las circunstancias nos posibilitan eso. Ahora debemos acabar de cerrarlo.

-¿Cuántos de los inversores que rondan al Valencia han pasado por Orriols?

-Ninguno que yo sepa.

-¿El futuro del Levante cuando no esté Quico podría pasar por la llegada de un inversor?

-El otro día comentaba en la Junta que debemos tener muy claro quiénes somos y cuál es nuestra situación en estos momentos. La situación de futuro no la sé, pero por el bien del Levante el club no tendría que renunciar a nada. Al final tiene una masa social, un potencial creo que muy grande, y lo mejor para el Levante en estos momentos no sé qué es, lo que sí digo es que puede estar en manos de un inversor que venga con un proyecto muy definido. Ya decía hace muchos años que si aparece aquí un inversor con un proyecto social, deportivo, económico, institucional y todas las garantías encima de la mesa yo no voy a ser el que diga que no. Siempre y cuando se cumplan esas premisas que desde abril de 2009 han estado en esta mesa.

-¿Cuánto valdría el Levante hoy?

-Sinceramente no lo sé. Sé los activos y el pasivo que tenemos, pero no lo que valdría, es difícil. Creo que mucho más dinero de lo que la gente puede pensar. Tenemos una deuda reconocida de poco más de 40 millones de euros, y activos muy importantes. El club en estos momentos valdría dinero.

-Le gustaría darse el gustazo de fichar a un jugador estrella?

-No, no soy de esos presidentes, me gusta cumplir con mi presupuesto y la hoja de ruta establecida. Soy de ese perfil, no soy un presidente de fichajes estrella ni cosas que no se adecuan a la gestión. Otra cosa es que tengamos la capacidad de que un perfil de jugador que a priori no puede ser del Levante lo sea. Un perfil Koné o Martins significa que detrás de eso hay un gran trabajo de gestión, más otros jugadores que a priori la gente no pensaba que podrían haber dado un rendimiento y lo han dado.

-¿Qué diferencias encuentra entre este vestuario y aquel del ascenso del que tan buen recuerdo guarda?

-Todos evolucionan, en aquel vestuario había mucha gente con mucha hambre e ilusión, gente que venía muy de abajo que cogía al Levante como su última oportunidad. Gracias a Dios hemos podido ir evolucionando, dotándonos de más medios. Con cada vez más presupuesto, el perfil del jugador ha ido cambiando, pero la esencia de aquel vestuario sigue en este, un vestuario que quiere luchar por el proyecto. El otro día en el Calderón entras y ves un vestuario muy jodido y eso es bueno, no uno que le da igual la derrota, pese a la gran imagen que dimos. La sensación es que estaban fastidiados.