El Levante está más vivo que nunca. ´Sí se puede, sí se puede´, retumbaba en el Ciutat después de cinco minutos de prolongación de sufrimiento en estado puro. El Derbi acerca el objetivo a tres puntos y, lo que es más importante, ha regresado el espíritu de los momentos señalados, el embrujo de la unión es la salvación. La reconciliación es absoluta después de los sinsabores en Ipurua y El Madrigal. «Lo estaba comentando con mis compañeros en el vestuario, me quito el sombrero con la afición. Ellos deben saber que lo vamos a dar todo para conseguir la permanencia. Hemos ofrecido muchísimas cosas desde el primer minuto y han estado enganchados hasta el final». Estas palabras de cariño son de Juanfran, que lució por primera vez el brazalete de capitán en 2016 y que no jugaba un partido completo desde la visita a Mestalla de finales de octubre. El discurso estaba muy claro; repetitivo hasta el aburrimiento. El empate ante la Real Sociedad tendría más valor si se conseguían los tres puntos ante el Valencia. Lo sabía todo el mundo, los que estaban en el campo, los del banquillo, los que se quedaron en la grada y los 18.000 y pico espectadores „los granotas„ que respondieron en esta siguiente etapa de la contrarreloj que comenzó tras el Madrid.

La afición mordió desde el principio, contagiada por el ´efecto Deyverson´. El brasileño activó al personal desde el principio y reclamó los cánticos de una parroquia fiel desde el primer saque de esquina. Hace mucho tiempo que tiene ganado a Orriols y ahora todavía más porque no se le ´pela el cable´. En su mente sobrevolaba el recuerdo del Derbi de la primera vuelta, que se perdió por una segunda amonestación estúpida en la prolongación del 0-4 ante la Real Sociedad que supuso la destitución de Alcaraz. Ganó siete de los diez duelos aéreos. Cada falta que le hacían era sinónimo de amarilla y metió todavía más a la grada cuando Del Cerro Grande pasó por alto la segunda de Parejo cuando le cazó por detrás. El Ciutat ovacionaba cada una de las acciones de Deyverson: desde el caño que le soltó a Barragán hasta el zapatazo que Diego Alves le sacó con problemas en el minuto 43. También las disculpas del delantero cuando desperdició un cabezazo sin oposición tras un regalo de Morales desde la izquierda.

El 0-0 no hacía justicia al dominio granota, pero el Ciutat no perdía la fe. El premio llegó pasada la hora de duelo regional. Golazo de Rossi marcó con Deyverson como protagonista antes y durante una celebración que se malinterpretó, que fue objeto de la polémica en las redes sociales por el conflictivo historial de un ariete que se ha reformado. En el festejo lo que hizo fue señalarse la sangre de las venas para ejemplificar que este Levante está muy vivo. Desde ese momento de frenesí, la afición apretó de lo lindo, silenciando a los aficionados del VCF que apenas se hicieron notar en la grada visitante, y el equipo lo agradeció con aplausos, sobre todo a ´Levante Fans´, para enterrar definitivamente la crispación de desplazamientos pasados. «Me gustaría que no solo estuvieran así porque delante esté el Valencia. Cada siete días nos jugamos la vida. Que ni un aficionado dude de que este equipo va a dar muchísimas cosas», agregó Juanfran tras la cuarta derrota seguida del vecino blanquinegro en Liga en el feudo granota.