Tenis | Mutua Madrid Open

Nadal se despide para siempre de Madrid: "Es el momento adecuado, estos 21 años han sido un regalo"

"La vida y mi cuerpo llevan dándome señales un tiempo y no había mejor forma de despedirme que esta. Solo puedo dar las gracias", reconoce emocionado el balear tras caer ante Lehecka y decir adiós al torneo que más veces ha jugado

Rafa Nadal

Rafa Nadal

Daniel Gómez Alonso

Al filo de la medianoche, Rafael Nadal hinca la rodilla en la pista central de la Caja Mágica. 20 ediciones, cinco títulos y 76 partidos después, el mito dice eso de "hasta aquí hemos llegado" y se rinde al paso del tiempo, ese rival invencible contra el que tanto lleva luchando. Ya no volverá a jugar un partido como profesional en Madrid, seguramente tampoco en España, tras haber caído ante un imponente Jiri Lehecka (7-5 y 6-4, 2h 02m). Y las emociones explotan.

La noche es cerrada en Madrid, tan cerrada como el techo de la Caja Mágica. Así lo quería Nadal para sentir más cerca a los 12.000 espectadores que abarrotan la Manolo Santana y disfrutar. De eso se trataba esta vez, y no tanto de luchar por ganar. De sentir por una última vez el calor de su gente como profesional, de recibir su merecido homenaje vestido de corto y no de traje. Y por un momento, rompe a llorar. Pero en su cara prevalece una sonrisa, la de haber conseguido a sus 37 años "cerrar el círculo" con Madrid siendo él, guerreando hasta el final.

"Solo puedo dar las gracias, estos 21 años han sido un regalo. Es el momento adecuado. La vida y mi cuerpo llevan dándome señales un tiempo y no había mejor forma de despedirme que esta", reconoce emocionado a pie de pista y tras recibir un sentido homenaje por parte del torneo, que despliega cinco banderas con las imágenes de sus cinco entorchados en la capital. Punto y final con "una gran noche", no se merecía menos.

Dos horas antes, ni la semifinal de Champions que disputaba el Real Madrid en Múnich al mismo tiempo evitó que las gradas estuvieran abarrotadas. Todos los focos le apuntaban. Era la cuarta vez en menos de una semana que jugaba, algo impensable hace unos días y más que suficiente para los planes de Nadal, pero los allí presentes querían más. Y se lo hicieron saber.

Rugían a la llegada de su ídolo y no pararon de animar esperando otra epopeya en la que Lehecka no quería ser víctima. El checo, tan corpulento como Nadal, pegaba y pegaba, no había plan B en su juego. Al resto, con una derecha y un revés que son martillos, y al saque, con el que llegó a superar varias veces los 230 kilómetros por hora. La altura y el fresco nocturno con el que se despide abril en Madrid le ayudaban. Era su oportunidad. A sus 22 años, quería ser él, y no otro, el que saliera en la foto del ultimo partido de Nadal en suelo español.

Lehecka no da opción

El ritmo de peloteo fue altísimo desde el inicio, y Nadal aceptó el reto. Resistió, pegó también en cuanto tuvo ocasión y fue sacando juegos al saque. Esperó paciente su oportunidad. Esa que llegó tras una doble falta del checo en el octavo juego. Agua. Frío como la noche de Madrid, Lehecka no tembló y redobló la apuesta: rompió en blanco en el undécimo tras un juego perfecto, sacó para ganar y ejecutó.

Y se acabó. Hasta ahí llegó el fuelle de Nadal, por más que desde la grada trataran de levantar sus ánimos entre vítores y gritos de "sí se puede". Lehecka volvió a romper nada más volver de vestuarios y enfiló la que seguramente sea la victoria más icónica de su carrera hasta ahora. Ante Nadal, en tierra y en su casa, impensable hace no tanto, real ahora.

"Como si estuviera en otro universo"

Demasiados riesgos para alguien que apenas ha jugado ocho partidos en el último año y medio. Mucho tute en ese cuerpo lleno de cicatrices. Nadal compitió hasta el final, no se dejó ir, pero en el fondo ya lo sabía. Y los más de 12.000 que presenciaron su última vez también. Por eso, en un arranque de sentimentalismo pocas veces visto en el tenis en Madrid, cada punto del juego con el que Lehecka cerró el partido se convirtió en un homenaje. Todos en pie para decir hasta nunca a la leyenda.

"La energía aquí era increíble... era como si estuviera en otro universo. Nunca antes había experimentado en mi vida en una cancha de tenis", aseguró Lehecka al final del choque y tras presenciar en primera fila el homenaje al balear. "Para mí, ha sido un regalo el que me habéis hecho en estos 21 años, quizás más importante que algún Grand Slam. Las emociones de jugar en esta pista, con el público español, esto algo que se quedará para siempre", añadió Nadal tras su último baño de masas como profesional en Madrid.