Victoria épica del Valencia Basket en un Palau Blaugrana en el el que jugó los últimos siete minutos con una rotación de seis jugadores y con Lishchuk aguantando con cuatro personales. Sin Dubljevic, Aguilar y Sato de inicio, y con Pau Ribas lesionado desde el minuto 33, el Valencia Basket supo sobreponerse a las adversidades para forzar de forma heróica un cuarto partido en el que, visto lo visto, todo es posible en esta serie.

El Valencia Basket saltó con las ideas muy claras al Palau Blaugrana. Consciente de su inferioridad física y de que la baja de última hora de Romain Sato todavía incrementaba más las diferencias en este apartado, el conjunto dirigido por Velimir Perasovic buscó posesiones cortas y rápidas desde el salto inicial. Los taronja necesitaban mucha más anotación que en los dos primeros encuentros de la serie, por lo que le imprimieron una marcha más a su ataque pese a lo limitado de su rotación. La fórmula funcionó en los primeros compases, en los que el equipo se mostró muy efectivo y sorprendió al FC Barcelona con cuatro contraataques de mucho mérito (7-10; min. 3).

El carácter y el orgullo de los valencianos estaba fuera de toda duda, pero era evidente que el físico iba a jugar un papel muy importante. Y más cuando los taronja comenzaron a atascarse en ataque, lo que desembocó también en varios errores en el pase y algunas pérdidas fruto de la precipitación. El Barça lo aprovechó para, tras un parcial de 18-5, poner la primera diferencia clara en el marcador (25-15; min. 7).

A Perasovic no le quedó otra que parar el partido en busca de soluciones y, de paso, para tratar de frenar la dinámica blaugrana. La cosa no le pudo salir mejor . Y es que lejos de rendirse, el Valencia Basket volvió a ponerse el mono de trabajo para, gracias a una gran defensa, comenzar a recuperar el terreno perdido tras un parcial de 0-7 (25-22; min. 11) . Algo en lo que la ayuda de Vladimir Lucic en el rebote resultó clave pese a que, ya por entonces, la superioridad de los locales en esta faceta era más que evidente.

El lastre en la pintura del Valencia Basket era un factor que el conjunto catalán, con hombres como Tomic, Lampe y Dorsey, iba a a explotar al máximo. No era nada nuevo, nada diferente, como tampoco lo era que las armas para contrarrestar ese juego interior eran cada vez más escasas. Sobre todo cuando ofensivamente el equipo se veía en problemas y no anotaba con fluidez (0/10 en triples al descanso), cosa que su rival hacía en mayor medida gracias a esas mayores alternativas de su juego (42-28; min. 18). Afortunadamente, un parcial final de 0-4 con los puntos de Lucic y Lishchuk redujo un tanto la renta blaugrana antes del descanso (42-32; min. 20).

No le perdería tampoco la cara al partido el Valencia Basket tras el descanso. Y eso que el equipo de Perasovic tardó casi tres minutos en anotar sus primeros puntos en el tercer acto. Pese a ello, y la rápida tercera falta personal de Lishchuk que le obligó a retirarse al banquillo, el equipo siguió fiel a su guión aprovechando la más mínima ocasión para continuar acercándose a su rival. Sería Pau Ribas, con un triple (el primero de los taronja tras 11 intentos) el que colocaría el partido nuevamente en un puño (49-45; min. 26). Xavi Pascual demandó a los suyos entonces más baloes a la pintura, donde Dorsey se convirtió en amo y señor del choque. El estadounidense, a base de mates bajo el aro, mantuvo a flote a un Barça al que por primera vez en el partido se le vio ligeramente tocado en su línea de flotación (59-53; min. 30).

Y más cuando una vez más Lucic y Lishchuk, con dos triples consecutivos, pusieron las tablas en el luminoso (59-59; min. 31). Arrancaba un nuevo partido en el que los taronja, ahora más acertados desde el 6,75, parecía que tenían todavía muchas cosas que decir (61-61; min. 32). Ahí llegaría la quinta personal de Triguero (Lishchuk regresó a pista con cuatro) y la lesión de Pau Ribas. Las desgracias volvían a apoderarse del Valencia Basket, que se quedaba con sólo seis jugadores de la primera plantilla para disputar los últimos 7 minutos del encuentro.

Aún así, y aferrándose a la épica como no se había visto nunca en la Liga ACB, el equipo valenciano tiró de orgullo para seguir complicando la vida a un Barça al únicamente Dorsey mantenía en el partido (68-70; min. 38). Pero los mates del pívot ya no eran suficiente argumento para frenar a un Valencia Basket que, a la heroica, acabó llevándose una victoria en la que prácticamente nadie creía antes y durante el partido (70-74; min. 40).