Emery se salió con la suya. Pese a que algunos jugadores eran reacios a la tarde lúdica que les había organizado el cuerpo técnico, al final de la historia todos se lo pasaron en grande y haciendo vestuario, que es de lo que se trata ahora. «De esta salimos en Impacto TV», gritaba Joaquín nada más ver las actividades que les tenían preparadas los técnicos. Y no fue para tanto... aunque las cara de más de uno lo parecía.

Los jugadores valencianistas fueron al Sportni Center Pohorje de Maribor, un recinto hotelero de montaña destinado a la preparación de equipos —ayer había de hecho allí un equipo de fútbol y uno de atletismo—. Allí les esperaban una vagoneta individual por un monorraíl situado sobre una pista de esquí por la que descendían a más de cuarenta y cinco kilómetros por hora, aunque el plato fuerte lo encontraban en lo alto de la montaña. Una de las actividades consistía en escalar por un palo colocado en posición vertical de unos diez metros de altura y una vez arriba ponerse de pie en el tronco. Las caras lo decían todo cuando llegaban a las alturas. Moyà y Mathieu lo pasaron realmente mal aunque cumplieron con nota, mientras que Alexis, una vez en lo más alto, se atrevió hasta con un bailecito. Y es que el miedo iba por barrios.

Tino Costa, que acudió a la tarde lúdica con una cámara de vídeo para inmortalizar el momento, se despidó de los compañeros -«por si no salgo de esta»- cuando se lanzó por primera vez por el carril, mientras que otros como Albelda, Navarro o Vicente prefieron ver los toros desde la barrera. Como comentó el de la Pobla Llarga en plan irónico: «Para lo que me queda... no me la voy a jugar».

Percance sin importancia

Peor suerte corrió uno de los utilleros del equipo, Ventura. El empleado del club se hizo un corte en la pierna al subir por el teleférico con el que accedían a lo alto de la montaña. Fue el único percance, porque todo sea dicho los jugadores iban protegidos con arneses y casco.

Tampoco se libraron Pepe De los Santos, ATS del equipo, y el utillero Serreta de las bromas de los jugadores. De hecho, al bueno de Pepe lo lanzaron con ganas en una especie de columpio con arneses en el que parecía que ibas a volar hasta «caerte de morros en el tejado de este hotel», comentó Jordi Alba nada más quitarse los arneses de seguridad.

Lo cierto es que Emery acostumbra en cada pretemporada —aunque en ocasiones también lo ha hecho en plena temporada como sucedió a finales del curso pasado en Las Hoces del Cabriel— a sorprender a sus jugadores con una actividad de este tipo, si bien, por lo que contaban los propios interesados, «el míster se ha llevado este año la palma. Si lo sé le lanzó el primero por la vagoneta», apuntaba uno entre risas. Y es que lo de ayer tenía su punto de riesgo —aunque bajo control—, nada que ver con las piraguas de hace dos años o el paint-ball del pasado verano. Eso sí, quien se lo pasó en grande fue Aritz Aduriz. Tal como les hemos contado en SUPER, el vasco fue de pequeño subcampeón de España de esquí de fondo. Lo fue por la pasión que sienten sus padres por la montaña. No era de extrañar que ayer estuviera el delantero como pez en el agua y fuera el que en más ocasiones se lanzó montaña abajo. En definitiva, una jornada festiva para hacer piña y salir de la monotonía de una pretemporada.

Tomaron nota del centro

Voro estuvo por la mañana supervisando las instalaciones antes de que fuesen los futbolistas y el centro de alto rendimiento gustó para próximas pretemporadas. De hecho ahora mismo está allí trabajando el Hapoel —algunos de sus jugadores preguntaron por baraja y Villa— puesto que en las instalaciones hay dos campos de césped natural y uno de césped artificial. La única pega es que las superficies de los campos de entrenamiento antes mencionados no estaban demasiado bien.