Miguel Brito ha roto su promesa. Ha vuelto a tomar el camino equivocado fuera del terreno de juego, pese a que hace menos de tres meses defendió en público que no volvería a hacerlo mientras vistiese la camiseta del Valencia. Pese a que había recuperado su mejor nivel y el rol de lateral derecho titular. El portugués es otra vez carne de «comentarios extradeportivos», y ya van muchas, tras presentarse con un ligero retraso en el entrenamiento del domingo y dejar ayer plantado a Unai Emery en la Ciudad Deportiva.

El técnico lo había citado a primera hora de la tarde en Paterna para comentar lo sucedido en la sesión posterior al choque en Vallecas. Sin embargo, el ´23´no se presentó. La explicación de su falta, según el propio jugador, fue que no le dio tiempo a llegar a la reunión: que había hecho un viaje relámpago a su país y su vuelo de vuelta se había retrasado. Lo cierto es que el único avión diurno procedente de Lisboa aterrizó en Manises a las 16:35, margen suficiente para que Miguel saliese a toda prisa del aeropuerto y se presentase en la Ciudad Deportiva a la hora prevista: las cinco.

Emery, que ya se había pasado toda la mañana trabajando en la Ciudad Deportiva, sí acudió a la cita. Quien no tuvo que hacerlo fue el miembro del cuerpo médico con el que Miguel debía entrenar inmediatamente después de la misma, como castigo del técnico por no trabajar con normalidad el domingo. Por suerte para el citado trabajador del club, el aviso del plantón del lateral le pilló saliendo todavía de casa.

Ningún representante blanquinegro quiso pronunciarse ayer sobre lo acaecido. Desde el primer momento, como publicaba ayer SUPER, eso sí, todos respaldan la versión ofrecida por los galenos, con Jordi Candel a la cabeza, quienes desmienten que el ´23´ se ejercitase el domingo en el gimnasio por culpa de unas molestias de cierta relevancia en la cadera. Este último, no en vano, fue el argumento esgrimido por el defensa para no saltar al campo con los suplentes y no convocados ante el Rayo —él fue el descarte de última hora en Vallecas— tras su llegada con retraso a la Ciudad Deportiva.

Todo apunta a que Miguel no será apartado del grupo —como sucedió temporalmente por otro acto de indisciplina el curso pasado—, al menos a corto plazo. Que esta mañana trabajará junto a sus compañeros, pensando ya en los encuentros ante Espanyol y Chelsea. Sin embargo, no hay duda de que este nuevo desliz tendrá consecuencias. Por un lado, disciplinarias, ya que el luso será sancionado económicamente. Por otro, en la planificación deportiva.

Actitudes como la adoptada por Miguel Brito en las últimas horas refuerzan aún más la idea del club de no ofrecerle la renovación. El internacional portugués, por tanto, pondrá punto final a sus siete años como blanquinegro el próximo 30 de junio. En la misma situación se encuentra el otro lateral derecho que acaba contrato, Bruno Saltor.