La del pasado jueves fue una tarde-noche frenética para Rober Ibáñez. En torno a las 19:30, el joven extremo valencianista recibía en su teléfono la llamada de sus representantes para que acudiese de inmediato al Hotel Westin. Su extensión y mejora de contrato estaba acordada. En ese mismo escenario habían mantenido la reunión definitiva con Amadeo Salvo para certificar un proceso que se inició el pasado verano en pretemporada, concretamente en la visita que hizo el Valencia a Old Trafford para enfrentarse al Manchester United. Allí, los dirigentes del club le transmitieron a la perla de Sant Bult la intención de renovarle, conscientes de que se trata de un futbolista con capacidad para marcar la diferencia. A partir del instante en el que sonó su teléfono, los acontecimientos transcurrieron a velocidad de vértigo hasta que pasada la una de la madrugada ponía rumbo a Granada, donde permanecerá cedido hasta el próximo 30 de junio.

Rober dejó lo que estaba haciendo en ese preciso instante y acudió al hotel, donde le transmitieron que todo estaba cerrado, tenía luz verde para salir cedido y su próximo destino sería el Granada, habida cuenta de los problemas institucionales del Elche, que había recibido en las últimas horas la confirmación por parte de la Liga de que no podría incorporar jugadores por su delicada situación económica y ve cómo se escapa un futbolista en el que el técnico, Fran Escribá, -lo conoce de las categorías inferiores y es sabedor de su potencial- ha puesto mucho empeño dese el principio. El canterano estampó su firma en el contrato de renovación que lo vinculará al Valencia hasta el 2018, así como en los papeles de su cesión y todavía le dio tiempo a pasar por la Ciudad Deportiva para recoger todas sus pertenencias.

Última visita a Paterna

Antes de marcharse hizo la última visita a las instalaciones de Paterna, donde prácticamente ha vivido desde que entró en la cantera siendo un niño: con seis años de edad. Allí ha crecido como futbolista y como persona. Mientras tanto, su madre le preparaba la maleta a contrarreloj. Y es que es la pimera vez que sale de casa y también será la primera vez que se pondrá una camiseta que no es la del Valencia. Pasada la una de la madrugada el futbolista ponía rumbo a Granada, donde llegó bien entrada la noche. La destitución de Caparrós no trastoca nada. Es una apuesta de consenso, lucirá el dorsal ´21´ y la intención es que ya juegue contra el Atleti este domingo. Rober fronta con optimismo y ambición este nuevo reto, «un salto importante para tener minutos en Primera».