Enzo Pérez no regala nada. Su expresión refleja su comportamiento sobre el terreno de juego: consistente, severo, tenaz. Es difícil arrancarle una sonrisa de más. Su partido sintetiza las virtudes del Valencia ayer. El centrocampista completó una actuación muy seria ante la Real Sociedad. Figura destacada, el argentino se desplegó con éxito junto a Parejo y Javi Fuego. Mordió, ofreció soluciones con balón y apoyó a los hombres de la banda izquierda. Piatti y Feghouli marcaron la diferencia, pero los tres puntos se empezaron a conquistar desde el empaque de la sala de máquinas.

La ausencia en el once de André no se sintió esta vez. Al artista portugués siempre se le echa de menos porque aporta cosas diferentes, pero el golpe de mando de Enzo sirvió para encajar el puzzle de la medular con naturalidad. En esta ocasión ofreció virtudes complementarias a las de Parejo y Fuego. Llenaron el centro del campo y superaron al triángulo realista. Consciente de la fuerza del Valencia en esa zona, David Moyes recicló su 4-2-3-1 habitual con la entrada de Gorka Elustondo (pivote clásico) para convertir a su dupla habitual, Pardo y Granero, en un trío. La apuesta le sirvió al escocés para contener y alargar el empate a cero hasta el comienzo segunda parte. Poco más. Canales y Xabi Prieto, por los costados, fueron incapaces de frenar a Gayà, Piatti, Barragán y Feghouli. En cuanto hubo una marcha más en intensidad y ritmo, su rival comenzó a descoserse.

El ´15´ blanquinegro va cogiendo el punto a la Liga, a sus compañeros y al fútbol de Nuno. Enzo cabalgó cerca de su mejor versión. Todavía no es el mediocentro que domaba toda la zona ancha en el Benfica, pero cada partido está más cerca. Paso a paso. No hay que olvidarlo. El argentino actuaba como representante de Jorge Jesus sobre el terreno de juego de manera trascendental. Su fuerte personalidad brotó en un encontronazo con Granero y también con Sergio Canales, al que pidió explicaciones por exagerar la caída tras una carga del ´4x4´. Le cayó una amarilla y le puso las cosas claras. Enzo enseñó las garras. El futbolista está cuajado. Se le vio más cómodo, más suelto, más ágil en la toma de decisiones, más rápido? más Enzo.