Nico Otamendi contagia su espíritu espartano, un carácter imprescindible en batallas como la de anoche en el Vicente Calderón. En el feudo del Atlético el Valencia demostró que el gen del ´jefe´ argentino está perfectamente extendido entre el resto del equipo. En un día en el que la agresividad y el músculo ganaron al toque, las paredes o los regates imposibles, el sistema defensivo funcionó sin apenas fisuras para regresar de Madrid con un punto como botín. Sacrificio global. Desde Alves a Negredo.

Al conjunto de Nuno Espírito Santo le costó acercarse al área de Moyà. Como si de una premonición se tratara, el primero, y casi el único en desbordar a lo largo de 90 minutos, fue un defensa. El lateral zurdo José Gayà, quien dribló a Gabi para continuar progresando y centrar con suavidad al área. Desde donde Negredo remató con una media chilena que se estrelló en la espalda de Feghouli. Era el minuto 4 y el final del bagaje ofensivo de los blanquinegros durante el primer tiempo. A continuación el partido se enredaría en una intensa batalla en el centro del campo. La frialdad táctica de Javi Fuego y la sangre caliente de Enzo Pérez aguantaban con mérito el empuje de un Atlético que, con el paso de los minutos y la colaboración de un árbitro „Jaime Latre„ que le concedió licencia para poder abusar del juego duro, consiguió trasladar la ´guerra´ a las inmediaciones de la portería de Diego Alves. Otamendi, Mustafi y el meta brasileño ayudaron entonces a frenar el ímpetu de los Gabi, Tiago, Koke, Raúl García y compañía.

Barragán y Gayà cerraban las vías laterales mientras las cabezas de los dos centrales y las manos de Alves se imponían una y otra vez en los duelos aéreos a los peligrosos rematadores del Atlético. Sin embargo, al final la insistencia tuvo premio y los de Simeone, expertos en la estrategia, aprovecharon una falta frontal, prolongada por Torres con la cabeza, para anotar el 1-0 gracias a un chut picado de Koke. El madrileño estuvo más listo que los medios del Valencia y eludió la estéril vigilancia de Soso para recoger la asistencia de Tiago. La única falta de atención se pagó cara.

La garra mantuvo en liza a un Valencia sin alas en el primer tiempo. A los 58 minutos Nuno cambió el plan inicial con la salida al césped de Rodrigo en lugar de Feghouli. Poco después André Gomes entró en sustitución de Enzo Pérez, al mismo tiempo que Simeone sentó a Koke para sacar al campo a Mario. Al instante el Atlético pudo sentenciar con un remate al larguero de Tiago, otra vez utilizando lo que mejor hace, un saque de esquina.

En ese momento la fortuna salvó al Valencia, pero lo cierto es que los cambios iban a provocar un ligero giro en el combate. Dani Parejo, antes incómodo e impreciso por la presión rival, aumentó su presencia en la línea de medios con socios como André y Rodrigo más cerca de él. La actitud combativa no decayó ni un segundo con un jerarca al mando como Otamendi, que en esta segunda parte plantó la cara y el pecho frente a Mandzukic. Los de Nuno competirían con las mismas armas que el ´cholismo´. Un balón parado sacado desde lejos por Parejo se estrelló con el travesaño, Moyà no reaccionó y el ´general´ Mustafi, más listo, lo mandó a la red (1-1). Como le pasó antes al Valencia: Un error, un gol. El tanto del alemán hacía justicia a una embarullada lucha que no merecía nada más que el empate técnico. Aún así, como al principio, al final Negredo dispuso de un remate tras incursión y servicio de Gayà.