Hace justo un año, el Valencia decidió dar un paso al frente y afrontar el elevado coste del fichaje de Enzo Pérez porque se trataba de una pieza referencial, un hombre que cambiaría el funcionamiento del equipo de arriba a abajo. Era una de las revelaciones del pasado mundial pero su rendimiento no ha tenido el impacto que se le adivinaba hace doce meses. ¿Por qué? Las lesiones y la incapacidad de Nuno para encontrarle la posición dentro del campo se deslizan como principales argumentos. Sin embargo, para alegría del centrocampista, en solo cuestión de semanas el cuerpo técnico que dirigen los Neville ya ha detactado cuál es la demarcación ideal para desatar su potencial. Gary y Phil consideran que donde mejor rinde el ´15´ es actuando como interior porque es ahí donde participa tanto en fase destructiva como en la creativa. Una versión total de Enzo, como se vio ante el Granada.

Los técnicos del nuevo Valencia creen que como centrocampista de contención, donde solía desempeñarse hasta ahora, el futbolista argentino está desperdiciado porque sus potentes arrancadas y sus largas conducciones con el balón le puede dar al Valencia aspectos tan específicos como la continuidad, el equilibrio y la llegada al área contraria. El futbolista está como loco por triunfar de una vez y buena prueba de ello es que forzó para estar ante el Olympique de Lyon, en el estreno de Gary, y se lesionó. Desde entonces, nadie tiene permitido forzar en el Valencia. El argentino, una vez recuperado, intentó jugar ante el Villarreal y también ante el Madrid pero a pesar de sus buenas sensaciones los médicos consideraron que lo más conveniente era pararlo, asegurar plazos y no correr riesgos. La cuestión es que juegue cuatro meses y no cuatro partidos.

Una vez había hecho los diez entrenamientos reglamentarios que marca el plan físico de los Neville se produjo su regreso ante el Granada. El ´15´ reapareció por todo lo alto, con una comparecencia afinadísima en su nueva demarcación. Ahora sabe qué tiene que hacer y cuál es su ratio de acción. Los Neville, hasta su lesión en Anoeta, habían detectado una gran mejoría en la capacidad física del jugador, que a principios de curso no era capaz de finalizar los partidos y acababa con rampas en las piernas: exhausto y respirando a boca abierta. Ahora estaba a tope. Su distensión le obliga a volver a comenzar de cero pero no debe venirse abajo. Hay grandes esperanzas puestas en él.