El valencianismo se ha movilizado con un único objetivo, ayudar a ganar a un equipo que encadena 12 jornadas de Liga sin conseguirlo. La última derrota frente al Betis en Sevilla dejó al Valencia CF sólo cuatro puntos por encima de la zona de descenso y disparó todas las alarmas de la preocupación. Durante la semana un clamor de unidad ha invadido progresivamente las redes sociales bajo el lema: ´El Valencia siempre se levanta´. Una frase que, trascendiendo pantallas y hojas de periódico, se ha escuchado en cada reunión de amigos, en cada almuerzo o en cada tertulia valencianista. No hay duda. Esta noche Mestalla responderá a la llamada con cerca de 50.000 almas alentando al equipo de Gary Neville en un duelo vital frente al Espanyol.

Los futbolistas abandonaron abatidos el Benito Villamarín, un escenario desde el que Álvaro Negredo y Mat Ryan apelaron a la «unión» y al auxilio de la afición para un grupo no acostumbrado a verse en el barro de la Liga. «El mensaje tiene que ser el de unión. Lo hemos repetido muchas veces, cuanto más unidos estemos todos, antes sacaremos la situación adelante», dijo el ´7´. Consciente de lo delicado de la situación, una mayoría creciente de seguidores empezaba a convencerse de que este sábado no podían dejar a los jugadores lidiando solos con la psicosis del descenso. El martes el expresidente Amadeo Salvo y el jueves exjugadores de diferentes épocas, como Ricardo Arias o el ´Guaje´ Villa, se sumaron al hashtag ´El Valencia siempre se levanta´, reclamando una comunión perfecta entre el equipo y la grada que haga más fácil volver a la senda de la victoria. «Lo que necesitamos ahora es ser una auténtica familia», comentó Santi Mina el miércoles tras el trámite copero.

Mestalla no va a fallar. Esta tarde el calor hacia el conjunto blanquinegro comenzará a sentirse más de dos horas antes de que ruede el balón. La Curva Nord ha citado a sus animosos integrantes „y a todo aquel aficionado que lo desee„ a las seis y media de la tarde en la Plaza de la Afición para recibir en masa al autobús del Valencia CF. Para arropar a los suyos y para hacer sentir desde bien pronto al Espanyol del cuestionado Constantin Galca el infierno ambiental que le espera hoy en el interior del coliseo. El propósito es igualar los grandes recibimientos. Los del regreso a Primea en 1987, los de las noches de Champions a principios de siglo, los del Doblete, los de 2014 en la Liga Europa o los de sólo hace un año. La grada de animación prepara además una sorpresa que se desvelará media hora antes del inicio del partido. La llaman #TrainingCN10.

El valencianista necesita volver a sentirse ganador. Desde el 3-0 al Levante del 31 de octubre el equipo no ha ganado ni un solo partido de Liga en casa. Frente al Sporting cayó 0-1 y, previamente, no pasó del empate contra Rayo, Real Madrid, Getafe, Barcelona y Las Palmas. En tres meses y medio el Valencia, únicamente, ha vencido en Mestalla en la Copa al Granada y al Barakaldo.

Sporting y Rayo empataron en el encuentro que abrió la jornada

. Aún así, el Valencia mantiene todas sus urgencias por volver a la normalidad cuanto antes, para lo que solo valen los tres puntos ante el Espanyol, un rival directo, hoy en día, que acumula once goles en dos partidos y siete envites sin conocer la victoria. André, Gayà y Mustafi causan baja por sanción, pero el Valencia recuperará la garra de Enzo Pérez en el centro de la batalla y al goleador Paco Alcácer, principal referente para los más de 50.000 valencianistas que pueden llenar hoy el estadio. Una fuerza emocional incalculable para que los once de Neville derroten a los de Galca.