Cuando nació Isabella, la hija de Phil y Julie Neville, los médicos no pronosticaban más de 24 horas de vida para ella. Sucedió en 2004. El entonces futbolista del Manchester United se encontraba concentrado en Dubai a las órdenes de Ferguson cuando su mujer daba a luz de forma prematura en un hospital de Inglaterra. La pequeña nacía diez semanas antes de cualquier previsión. Hasta en tres ocasiones distintas los doctores comunicaron a los Neville que difícilmente lograría sobrevivir. En una de ellas, incluso, se llegó a avisar a Phil para que acudiera a pasar la noche junto a su hija, en previsión de que podían estar ante sus últimas horas. Phil permaneció toda la noche al lado de la incubadora.

Isabella sobrevivió. Y permaneció tres meses en la UCI neonatal. Al cabo de un tiempo, a los dieciocho meses, se le diagnosticó una parálisis cerebral. Había sufrido un derrame y los doctores transmitieron a los Neville las posibles consecuencias de un panorama que entonces era desolador. Les dijeron que la pequeña Isabella difícilmente podría caminar, hablar y oír...

En la actualidad la hija de los Neville lleva unos aparatos en las piernas por la mañana y otros por la noche pero hace vida normal. Si puede subir por las escaleras, mejor que por el ascensor. No quiere que la traten de forma diferente a los demás. El suyo es el triunfo de la superación, una historia llena de vida y de esperanza. Su nacimiento cambió la perspectiva vital de Phil y de Julie, que entonces comenzaron a colaborar de forma activa con organizaciones benéficas y del campo sanitario con el propósito de ayudar a mejorar la vida de los demás. Todo comenzó en Manchester. «El gobierno construyó un hospital infantil nuevo, costó 500 millones de libras pero luego faltaron otros 20 millones para completar instalaciones, proporcionar camas al lado de cada cuna, los payasos, las mejores máquinas, más estudios entre los enfermos infantiles... Por eso, con tres o cuatro personas más, conseguimos 20 millones durante los últimos tres años de construcción para completar el proyecto», relata Julie. A día de hoy llevan recaudados alrededor de 24 y han trasladado esta labor a València, donde viven todavía pese a la desvinculación de Phil, asistente técnico del primer equipo valencianista el curso pasado.

Intervención de los payasos

SUPER acompaña a los Neville en su visita al pabellón materno-infantil del Hospital Clínico de València. «No es importante que esta labor la hagamos en Manchester, en Madrid o en València. Para nosotros es importante ayudar, nos sentimos parte de esta comunidad. Cuando llegamos el año pasado quisimos comprometernos de esta manera», argumenta Phil. Ambos suben a la séptima planta, donde se encuentra la UCI neonatal. Nada más entrar hay tres salas llenas de incubadoras. La escena retrotrae a los protagonistas al día en que nació Isabella. «Son recuerdos difíciles para mí. Me siento como si hubiese nacido ayer u hoy. Los sentimientos afloran. Es difícil. Mi hija estaba exactamente como estos niños», evoca emocionada Julie. Los Neville recorren las entrañas del hospital con dos payasos de la asociación Payasospital: «Es una organización que está muy cerca de nuestros corazones. Sabemos la diferencia que se produce cuando intervienen con niños que necesitan tratamientos dolorosos y difíciles. Nuestra hija tiene muchos tratamientos cada semana, cada mes, y le encantan los payasos», dice Julie.

Phil agrega que «cambia todo, la sensación, el ambiente. En Manchester nos ayudaron mucho en las ocho semanas que estuvo Isabella en el hospital». Los payasos de Payasospital reciben formación específica para trabajar en el medio hospitalario y actúan en distintos hospitales de Alacant, Castelló y València. Al tratarse de bebés, la intervención es musical. «Hay estudios que, controlando la frecuencia cardíaca, respiratoria y nivel de oxígeno en sangre, demuestran un cambio significativo cuando los niños reciben atención de los payasos. Cuando los niños van al quirófano el nivel de ansiedad es el mismo pero quince días después se recuperan mejor, el acompañamiento amortigua una experiencia traumática. Duermen mejor, comen mejor, se recuperan antes... Bajan el nivel de calmantes y las quejas de los padres los días que hay payasos», comenta Sergio Claramunt, de Payasospital. El eslógan de la organización es el claro: «Es más fácil curar a un niño feliz».

Actividades y donaciones

Phil y Julie sienten la responsabilidad de ayudar y lo hacen con actividades y donaciones económicas: «Sabemos que la mayoría de gente no puede permitirse los mejores aparatos cada tres meses, pagar los mejores médicos, un fisio cada semana que viene a casa... No es lo normal para la mayoría. Por eso es importante que ayudemos y esta asociación es importante», prosigue Julie, que describe a continuación su contribución en el hospital donde nacieron sus hijos, Harvey e Isabella, así como los de Gary: «Cada noche nos teníamos que ir a casa sin Isabella. Ahora los padres pueden dormir al lado de sus hijos cada noche. En el hospital de Manchester „Royal Manchester Children Hospital„ hay un alojamiento para los padres, se llama Philip & Julie Neville Acommodation. Está al lado de la UCI de neonatos. Nosotros no teníamos opción... Teníamos una minicuna al lado de la cama durante los tres meses con la foto de Isabella».