Kangin Lee aparece en el COTIF 2017. El centrocampista coreano del Valencia CF sigue dando pasos en su formación y ya destaca en un torneo internacional como es el disputado en l´Alcudia. El pasado lunes por la noche deslumbró a propios y a extraños con un gol de falta directa ante el Santos brasileño que daba al Valencia el pase a las semifinales del torneo. Este campeonato veraniego es el preludio de lo que se le presenta la próxima temporada, jugando contra equipos cuyos futbolistas le sacan dos años y será la avanzadilla de lo que veremos el año próximo, en el que Kangin jugará en el Juvenil A, tal y como estipula su contrato.

El centrocampista ha sido titular en dos de los cuatro partidos hasta el momento y se está adaptando a la exigencia física que conlleva esta posición en su nueva categoría. El jugador está acostumbrado a destacar también en lo físico en cadetes y orquestar el fútbol ofensivo entre líneas, donde es más determinante por su capacidad para el último pase y el gol. En el COTIF le dirige el que será su entrenador la próxima campaña, Miguel Grau, que dispone de un 4-3-3, un esquema en el que Kangin va a tener que retrasar unos metros su área de acción para organizar el fútbol desde la zona ancha. Esta demarcación le va a obligar a tener mayor presencia física y algo menos de individualismo, aspectos sobre los que el futbolista está trabajando. Ya estamos viendo a lo largo de la competición como su técnico le está pidiendo que baje a recibir la pelota.

El futbolista sigue en periodo de adaptación, como es normal en los cambios de categoría durante la etapa formativa del jugador de fútbol, pero si hay un aspecto llamativo y sin discusión, es que cuando toca la pelota el equipo lo nota. El coreano atesora una gran técnica que le convierte en un futbolista diferencial, su calidad se nota en la claridad que tiene en el pase y su capacidad para inventarse una jugada dónde nadie más la ve, ya sea filtrando un balón o regateando.

Es consciente de que subir al Juvenil A con tan solo 16 años es un gran reto y por ello trabaja a destajo durante el verano para estar en las mejores condiciones posibles. El canterano está haciendo ejercicio extra, realizando sesiones por su cuenta adicionales a las programadas por los técnicos para la pretemporada. A menudo va con su padre a correr a las montañas de la Sierra Calderona para ganar la robustez y resistencia necesarias para rendir a buen nivel a las órdenes de Miguel Grau en su primera campaña en División de Honor.

Más allá de la adaptación física, que en el COTIF se está viendo que va por buen camino pese a que todavía está a mitad de su puesta a punto, su gran reto para la próxima temporada es ser capaz de llevar la manija del equipo en una liga de tanto nivel y con una exigencia muy alta. Hasta el momento ha podido hacerlo en todos los equipos desde su llegada a la Academia, pero en el caso del salto a juveniles el cambio es más grande y la dificultad de conseguirlo, por tanto, es mayor. El juvenil de División de Honor es además el paso previo a dar el salto al Valencia Mestalla, un objetivo que a día de hoy queda un tanto lejos, pues todavía tiene que acoplarse a la categoría juvenil, pero no es ni mucho menos un objetivo utópico.

Ferrán Torres, por ejemplo, debutó en el filial valencianista a las órdenes de Curro Torres en su primera temporada como juvenil y actualmente lucha por convencer a Luboslav Penev de que puede quedarse para ser integrante de su plantilla a todos los efectos.