Sibilino arbitraje del Estrada Fernández en Mestalla€ estuvo perfecto para los intereses del Real Madrid. Acertó en los dos penaltis del primer tiempo, los dos cometidos por Montoya que por otra parte, debería hacérselo mirar ya que arrolla en el primero a Cristiano y en el segundo a Benzema cuando el francés tenía cero opciones de llegar a la pelota. Pero no quiso ver dos agresiones de Cristiano Ronaldo, una por un codazo a Montoya y otra por una patada por detrás a Parejo sin que mediara balón de por medio. Tampoco quiso ver un penalti de Casemiro al mismo Parejo, que sin ser evidente, lo cierto es que contacto hubo, y, cómo no, perdonó una tarjeta amarilla a Carvajal y otra a Casemiro en la primera parte, que permitió al lateral cometer falta sobre Gayà cuando el valencianista amenazaba con meterse en el área madridista. Facilito para el Real Madrid.

Y eso que los blancos empezaron francamente nerviosos y evidenciando el porqué de su mala clasificación en la Liga. Decir que a pesar del 1-4 final, el Real Madrid dio una de las peores versiones que se recuerdan en Mestalla no es faltar a la verdad, si bien cuando el partido se rompió se impuso la calidad blanca, otra cosa es cuánto contribuyó el colegiado Estrada Fernández a que el partido se rompiera. Digamos, que de manera inteligente, encarriló la victoria madridista.

El Valencia CF por su parte, no acertó, y ya dijo Marcelino en la previa que acertar iba a ser una de las claves. Optó por esperar atrás y defender en bloque para salir a la contra, pero Guedes no era Guedes y a Rodrigo le dio por fallar las veces que el Valencia tuvo para marcar. Sobre todo en los instantes finales de la primera parte a pase de Santi Mina con Keylor ya batido. Eso sí, Mina más que pasar, disparó, y el remate no era fácil.

También tuvo un par Kondogbia pero el primer disparo además de duro y seco, iba centrado y el portero madridista no tuvo que estresarse demasiado. La otra fue un remate de cabeza a placer en el que no llegó a conectar. Una lástima. La primera parte dejó a los valencianistas con la cara de incredulidad por lo injusto del resultado y sobre todo, enfadados por un arbitraje que ya quisieran para ellos€

La segunda parte fue más vibrante. Arrancó el Valencia con ímpetu y sin miedo. Se fue a por el Real Madrid y al contrario que en la primera, encontró premio. Santi Mina, uno de los futbolistas más en forma del equipo en las últimas semanas, hizo el 1-2 en el minuto 58 tras un saque de esquina. Durante veinte minutos, el Real Madrid se tambaleó mientras los de Marcelino apretaban con más ganas que fútbol en busca del empate. Pero cuando no apareció Keylor para detener un disparo de Parejo al más puro estilo de portero de balonmano, con el pie, el Valencia no estaba fino. Robaba en el centro del campo, mordía y hasta acorralaba a su rival, pero fallaba en los metros finales porque, fundamentalmente decidió mal. Y eso que con Carlos Soler, Solerque había entrado tras el descanso por un desaparecido Gonçalo Guedes, había más claridad y hasta algún pase entre líneas. Pero en ese tramo de partido en el que tuvo al Real Madrid a su merced, lo cierto es que el Valencia no tuvo la suerte que siempre se necesita para superar a este tipo de equipos y más si se ponen por delante 0-2

Cuando el partido se abrió, y las fuerzas y los ánimos empezaron a fallar, llegaron dos tantos más del Real Madrid y los dos de bella factura. En el tercero Marcelo combinó con Asensio y entró en el área desde donde batió a Neto en el palo corto. El brasileño debió hacer más porque el balón entró entre sus piernas. El 1-4 llegó tras otra pared en la frontal del área y un excelente disparo de rosca de Toni Kroos al que tampoco llegó Neto. El Valencia dio la cara y compitió hasta donde le permitieron las fuerzas y el colegiado. Estrada Fernández, que acertó a favor del Real Madrid, no acertó a favor del Valencia y tuvo un dudoso criterio a la hora de señalar faltas y mostrar tarjetas, que permitió a algunos futbolistas blancos permitirse algunas licencias cuando más apretaban los valencianistas. La historia de siempre.