Supongo recordarán que en las últimas semanas alguna vez escribí que como ellos -los jugadores del Valencia CF- ni pueden ni deben, era yo quien les decía que en el vestuario no gustaba el ambiente que se respira en algunos partidos de Mestalla.

Pues bien, tenía que llegar el día en que los futbolistas y el entrenador lo dijeran en público porque no es bueno ni sano callarse las cosas siempre. Celades ya advirtió hace unos días que es un tema de debate en el vestuario y de ahí se ha pasado a decir abiertamente que les afecta. Quien más claro ha hablado ha sido Gayà, que es sin duda una voz autorizada dentro del vestuario, pero ya casi es lo mismo quién lo diga y qué diga, el tema de fondo es que los futbolistas añoran el ambiente de Mestalla de los partidos finales de la temporada pasada. ¿Están diciendo que tienen alguna queja de los aficionados? No, en absoluto, están diciendo que quieren sentirse arropados por su gente y creo que, más allá de partidos o momentos puntuales, la plantilla del Valencia CF lleva unas temporadas dando la cara como para que se pueda confiar en ellos y en su profesionalidad. Pero ojo que el debate es más profundo, no estamos ante unos futbolistas que se quejan y dicen «es que la profe me tiene manía» cuando sacan malas notas. Detrás de este reclamo hay más. ¿Alguien cree que los jugadores no son perfectamente conscientes de que el enfado de los aficionados es lógico? ¿Alguien cree que no entienden el desencuentro entre la grada y el club? ¡Si ellos se plantaron en Londres y no hablaron en rueda de prensa! Lo que trato de decir es que cuando los futbolistas reclaman atención por parte de sus aficionados en el fondo están dando por sentado que todos sabemos quiénes han provocado esa tensión, ellos saben que la afición sabe que ellos no son culpables de nada. Parece un trabalenguas pero es real. Por lo tanto, como aquí todos tenemos claro que los futbolistas no son los culpables y que son los dirigentes quienes han provocado la tensión, muy hartos de la situación han de estar los futbolistas porque la gran derivada o consecuencia de su reclamación es un palo tremendo al club. Para que se entienda, sería algo así: «Ya sabemos que estos no saben por dónde van, pero nosotros queremos hacer algo bonito esta temporada, así que pasad de ellos y vamos a centrarnos todos juntos en lo que importa, porque es más importante que ellos. Aunque luego se pongan las medallas». No hay mayor crítica que dar a alguien por imposible...

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