Empieza el lío! En Valencia, lunes. Alguien debió considerar que para prime time era mucho más interesante el Real Madrid-Getafe que el Valencia-Atlético. El tino en el reparto de horarios es lo que habría que valorar cuando se deciden cosas, como vender la liga al extranjero. Porque ya saben que se ha llegado a un acuerdo con una multinacional para exportar algunos partidos de Liga a Estados Unidos y Canadá, en los próximos 15 años. Casi nada. Es decir, que se pretende privar a determinados abonados de ver algún partidejo de su equipo en su casa. Los socios que dejamos dinero y horas de nuestras vidas, que acomodamos los ritmos de familia para asistir a animar a su equipo, estamos entusiasmados. En valenciano se dice A pagar-ho, poca roba.

Rentabilidad

Usted pensará que qué más da, que será algún partidillo suelto, quizá uno de esos 'partidos del siglo' que se juegan unas trescientas veces al siglo. Para mí, como si fuera un Girona-Leganés. Conozco peña que lleva yendo ininterrumpidamente al campo, sin fallar ni una vez, durante decenios. Se dirá que el dinero recaudado por esos aficionados es pecata minuta para el club. Pero en la vida, aunque parezca increíble, no todo es dinero. Mejor dicho, no todo se mide en rentabilidad a plazo inmediato. Porque un equipo en comunión con su afición puede ganar títulos, prestigio y, por tanto, dinero. El público presencial es el alma, genera el caldo de cultivo para ganar. El verdadero intangible del club es el espectador.

Estrellas

También hay quien dice que el dinero es necesario para mantener el nivel de estrellas que tenemos. Pero es que, a algunos, aunque resulte imposible de creer, eso nos da igual. Porque si no tenemos esas estrellas, tendremos otras. Y si nadie compra a esos precios, acabarán bajándose los cachés, como pasa en todos los negocios. La ley de la oferta y la demanda es la verdadera Ley Universal, la que afecta a todo, incluido el fútbol. Se buscan nuevos hinchadores que mantengan el globo, con tal de que el dinero fluya. Los aficionados de campo seguiremos yendo al campo, a ver a nuestro equipo jugar. Con estrellas, sin ellas o, como estamos ahora, con muchas pretendidas estrellas, muy caras, que no brillan tanto.

Atracción

Se podrían hacer otras cosas. Se podría mejorar el efecto de atracción turística, como ya se hace en el Nou Camp. Ver un partido en Mestalla, el Estadio de la Cerámica o San Mamés debería ser como ir a ver baloncesto al Madison Square Garden, o béisbol al Yankee Stadium. Algunos conocidos míos de Canadá y EE UU ya me están preguntando cómo podrían conseguir entradas para el Clásico, que por cierto está a precios prohibitivos. Traigan divisas aquí, generen el efecto vis atractiva, igual que hace la Premier. Yo mismo voy de vez en cuando a ver fútbol a las islas, como parte de mi concepto de ocio. Esto es solo una opinión, pero está constatada con todos y cada uno de los aficionados de campo a los que he preguntado.

Mundialistas

El Atlético se presenta como flamante ganador de la Supercopa, en un partido que fue interesante no tanto por el prestigio del título como por los avatares del partido. Está claro que los de Simeone se han insertado en la élite. El argentino lleva más títulos ya que el Sabio de Hortaleza. Con Lucas, Lemar y Griezmann, tres ganadores del Mundial en sus filas, vienen dispuestos a pegar duro. El año pasado no les hicimos ni un rosco. Es más, nos comimos los mocos contra los tres de arriba. Este año será diferente. Porque en el ValenciaValencia, principalmente, reside la responsabilidad de que LaLiga sea competitiva, y se genere espectáculo. Ahora mismo, tal y como está planteado todo, con dos ganándolo todo y un tercero asomando cabecita, hay más emoción en la Segunda que en Primera.

123

Miren, si no, el prestigio de algunos escudos, en la lista de la 123: Depor, Málaga, Las Palmas, Zaragoza, Sporting, Numancia, Oviedo, Osasuna, Cádiz, Granada, Tenerife, Albacete, Almería, Mallorca, Elche, Córdoba... Ahí sí que va a haber lío en la pomada. Como la Primera se ponga aburrida, ya tenemos alternativa por la tele. Pero el Valencia va a competir, porque este año tenemos un equipo de ensueño. El reto de Marcelino no está tanto en hacer la alineación titular, que ya es, sino en hacer los cambios a tiempo para que puedan sentirse todos parte útil en el proyecto.

Batsman

En la delantera, echaremos de menos a Zaza. Pocos casos hay de jugador idolatrado que acaba fuera, queriéndose quedar. Al menos, ha vuelto a casa, pero siempre será uno de los nuestros. Ahora es el momento de Batshuayi. Mi apuesta, este año. Tiene 24 años, es ex de Chelsea, Bayern y Olympique de Marsella, y tiene suerte en sus estrenos. Con el Chelsea dio en su debut una asistencia, y con los alemanes marcó dos en su primer día, y dio una asistencia. Con que tenga diez minutos, la lía. Pero, haga lo que haga, convendría que se fije en la relación de Zaza con la afición. El italiano fue el ejemplo perfecto de que, si lo das todo, más allá de números y estadísticas, aquí eres eterno.