Zarandeados

El Betis le dio un baño al Valencia. No ganó porque le falta gente de verdadero nivel arriba. Dejó en evidencia muchas cosas, pero fundamentalmente que los fichajes que han llegado a Mestalla están bajo sospecha. Mientras Serra Ferrer ha conseguido, con bastante menos inversión que el Valencia CF, mejorar la plantilla verdiblanca, Marcelino tiene que apoyarse en los que tenía la temporada pasada porque lo nuevo, de momento, no funciona.

Sin brújula

Los partidos se cocinan en la zona ancha y ahí el visitante siempre fue mejor. Parejo jugó peor que nunca, de manera incluso irresponsable. Que no encontrara el más mínimo apoyo en los demás no le excusa y su actitud marrullera y soez solo merece el banquillo como premio. Cómo sería la cosa que el que dio un recital fue Canales, sí Canales, hasta que le aguantó el poco fuelle que todos le conocemos. Afortunadamente, porque había momentos en que su superioridad rozó el recochineo. Fruto de un pésimo planteamiento táctico de Marcelino, el balón siempre encontraba una camisa verde. Las autopistas hacia Doménech tenían las barreras levantadas. Hasta Guardado parecía excelente futbolista -bueno, quizás ahí exageremos por eso de la frustración-. El desbarajuste fue de época y cortocircuitó banquillo, campo y hasta grada, que asistía atónita a lo que se suponía que era la resurrección de un equipo creado para funcionar.

Sidnei vs Diakhaby

Seguramente lo más cruel que tuvimos que observar fue a los tres centrales del Betis. Siempre bien situados, contundentes con el rival y superlativos en la salida del balón, lo cual hizo casi siempre inútil la presión alta del Valencia. La antítesis de sus iguales en el otro lado. Piccini es una verdadera calamidad sin excusas ni paños calientes, Gabriel parece recién expulsado de una isla en la que se rueda un reality show de supervivencia y Diakhaby con la pelota en los pies es lo más parecido a Cissokho que hemos visto desde... Cissokho. Que el Betis fiche a Sidnei y el Valencia a este chico francés es argumento suficiente para que, al menos de momento, los palmeros de la secretaría técnica del Valencia guarden respetuoso silencio. Mucho nos tememos estar ante un nuevo Aderllan y el personal anda por ahí tocando castañuelas.

I love Zaza

Y en este repaso macabro de la actualidad valencianista, llegamos a la parte de arriba. Y miren ustedes, nada de lo que vamos viendo desplaza un milímetro la idea que siempre hemos defendido de que con lo de Zaza hemos hecho el primo y aplaudido con las orejas -muchos, aquí desde luego no- un capricho de Marcelino. Parece que va a salir bastante caro el tema. A Kevin Gameiro, insisto, ya lo conocíamos. Un suplente del Atleti, un descarte de Simeone que ya les vaticino no va a ser la camiseta más solicitada por la afición. Pero lo de Batshuayi empieza a tener a más de uno con la mosca detrás de la oreja. Si este tío es mejor que Zaza, Marcelino jugó de pívot en los Chicago Bulls.

¿Qué hacemos?

Pues a mí no se me ocurre más que la oración, tan denostada en estos días. A un dios pagano, eso sí. El del fútbol por ejemplo. Y esperar pacientemente a que Guedes y Parejo cojan la forma y a que puedan volver Garay y Kondogbia. Todavía es pronto para sacar grandes conclusiones, pero todo apunta a que estamos en manos de la vieja guardia, que no haría mal en tomarse una tila y ponerse a jugar de una vez al fútbol.