Bueno, pues ya estoy otra vez de vuelta por aquí, deseoso después de un par de semanas de parón, sin escribir, de volver a compartir en SUPER esta columna. En este tiempo, a pesar de todo, no le he quitado ojo a las evoluciones del Levante UD, si bien he tenido tiempo de hacerle una visita muy especial a uno de los jugadores que portan nuestra bandera blaugrana allá por donde pisa. En este caso, en la pequeña ciudad inglesa de Leicester. Nuestro añorado Vicente Iborra, ese futbolista que más pronto que tarde va a volver a casa y que, por cierto, acaba de pasar un mal trago. Tuve la terrible y dramática coincidencia de asistir al trágico partido contra el West Ham tras el que el propietario del West HamLeicester. Fue justo al lado del aparcamiento del King Power Stadium, acompañado de su hija y el resto de ocupantes del aparato. Un auténtico shock para mí y sobre todo para un 'Ibo' al que vi muy afectado por todo lo ocurrido. Descansen en paz.

Pensando en granota

Pese a la tragedia que evidentemente empañó de manera inevitable el reencuentro, siempre es agradable charlar y escuchar los pensamientos de una persona que ha vivido desde dentro tantos momentos bonitos en esto del fútbol. Un jugador que, pese haber ganado títulos europeos, guarda entre sus mejores recuerdos un ascenso a Primera División con su Levante UD. Y escribo su Levante UD porque voy a revelaros una pequeña anécdota que, aunque no parezca de primeras con mucha importancia, sí que tiene un trasfondo que dice mucho sobre lo importante que es el Levante UD para Iborra. Tras acabar el partido contra el West Ham, antes del accidente y después de haber disputado los 90 minutos, Ibo salió de los vestuarios y me marcaron las primeras palabras que me dijo al verme: «Oye Raúl, ¡que le hemos ganado 2-0 al Leganés!». Me quedé mirándolo y pensando cómo un tío que acababa de jugar un partido con su equipo se preocupaba nada más llegar a la caseta de informarse de cuál había sido el resultado del Levante UD, un partido que se disputaba prácticamente a la misma hora que el suyo... Ibo lleva el levantinismo en vena y su futuro a corto plazo no debe pasar por otro sitio que no sea el de volver a casa.

Mil gracias a todos

A todo esto, no me gustaría dejar escapar la oportunidad de agradecer enormemente el trato que nos dieron a mi mujer y a mí tanto Iborra como Arantxa, sus hijos y su representante. Cuando uno lleva la sencillez y la humildad por bandera, te hace sentir como en casa allá por donde vas. Ibo es un orgullo y no sólo como futbolista. ¡Gracias!.

Más opiniones de colaboradores.