Interesadamente vilipendiado por quienes llevan años viviendo del circo (programas y medios de desinformación que todos lamentablemente conocemos) y los beneficiarios de la tradicional presión mediática (los mal llamados 'grandes' de España), el VAR supone un avance sin parangón en la historia del fútbol, se ponga alguno como se ponga.

En el Ciutat, lo que se produjo en el minuto 77 tras el lance con balón dividido entre Doukouré (¡mucho ánimo, Cheick!, te queremos pronto de nuevo en el verde) y Casemiro Piscinas, fue un error humano, o varios, pero en ningún caso la constatación de una laguna en el Protocolo VAR de la International Football Association Board (IFAB), normativa rectora del campeonato liguero tal y como especifica el artículo 211 del Reglamento General de la RFEF.

Pese a que en los últimos días hemos escuchado que dicho Protocolo establecía que la existencia de contacto (por mínimo que fuera) en una jugada ya interpretada arbitralmente por el colegiado principal conllevaba la inhibición obligada del VAR -y por tanto, la imposibilidad de corregir un error «claro y manifiesto» como la señalización del archianalizado penalti-, lo cierto es que dicho supuesto precepto no aparece por ninguna parte en el citado Protocolo.

Precisión vs rapidez

Es más, lo que sí aparece, por el contrario, es la siguiente recomendación explícita, en el apartado 'Revisiones': «Para decisiones subjetivas, como por ejemplo, la intensidad de una falta en disputa, a menudo es apropiado realizar una revisión en el terreno de juego». Es decir, que en casos como en el que concreta y exactamente nos atañe, lo que sugiere el Protocolo VAR es, directamente, lo que el raciocinio indica: que el árbitro principal revise el monitor de campo.

No sólo eso, sino que además cabe tener en cuenta, porque lo indica no una, sino dos veces el citado Protocolo, que «no hay límite de tiempo para el proceso de revisión, puesto que la precisión es más importante que la rapidez».¿Ignoró el VAR?

Así las cosas, ante este grave error que, quiero pensar que casualmente, mantiene mínimamente vivas las opciones ligueras del Real Madrid antes del Clásico, caben dos posibilidades:

1.- Que, valorando el roce mínimo (que sí existió) como posiblemente punible, el VAR no considerase como «error claro y manifiesto» la acción entre Doukouré y Casemiro, y por tanto decidiese no recomendar a Iglesias Villanueva su revisión en el monitor de campo.

2.- Que sí lo hiciera y fuera el colegiado gallego quien, haciendo uso de su potestad, optase por desoír dicha sugerencia creyendo tener clara la decisión.

Sea como fuere, unos -VAR, AVAR (su asistente) y técnico de repeticiones- u otro (Iglesias Villanueva) cometieron/cometió el pasado domingo un error evitable si el Protocolo VAR establecido por la IFAB hubiese sido correctamente aplicado. Es decir, para que no quepa duda ninguna, que la culpa del fallo no fue de un avance tecnológico incuestionablemente beneficioso para la justicia en el fútbol mundial, sino de las manos y mentes humanas encargadas de hacer uso del mismo.

* Sin Tregua, además de radiar todos los partidos en competición oficial que disputa el Levante UD, se emite en directo en la 97.7 Radio Levante de lunes a jueves de 20:00 a 21:00 y de 23:00 a 00:00 en redifusión.

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