Partidazo el del Valencia CF, que nos permite pensar en positivo. El conjunto de Javi Gracia se mostró serio y solidario, y nos mostró esa manera de competir que queremos ver con mayor asiduidad. En la segunda mitad tuvo los arrestos para seguir plantándose en el campo del Barcelona, y cuando hubo que defender lo hizo con la solidaridad de todos y una perfecta reducción de espacios hacia delante y atrás. Podemos hablar de equipo con letras grandes por cómo compitió, a gran altura.

El Valencia comenzó el partido replegado, intentando atacar los espacios y sabiendo a la perfección que podía complicar la vida del Barcelona, como bien hizo, explotando las escasas coberturas que hace, hoy en día, un medio posicional como Busquets. El planteamiento de reducción de espacios dio sus frutos con el 0-1. Un saque de esquina sacado maravillosamente con la pierna natural por Carlos Soler. Centros, que con ese perfil, favorecen a gente de altura como Diakhaby.

Debe resaltarse la fantástica tarde de Guedes, trabajador haciendo sombra en la salida de los medios del Barça, y participativo en ataque. En el empate final nos regaló una joya técnica en la asistencia a Gayà con los tres dedos del borde externo del pie. Una delicia a la que el pundonor de Gayà dio una continuidad perfecta para servir el gol al devorador, Maxi Gómez.