Mil millones de euros si no se puede volver a jugar y unos 300 si la temporada acaba a puerta cerrada. Son las pérdidas que estima el presidente de LaLiga Javier Tebas para los dos escenarios que podrían darse de aquí al próximo verano, dando ya por hecho que los partidos se disputarán sin aficionados hasta el mes de diciembre. Una estimación que afectará a todos los niveles al negocio del fútbol y desde luego al mercado de fichajes, tanto si se logra reanudar y terminar las competiciones como si no, un aspecto que este domingo dejaba en el aire el ministro de Sanidad, Salvador Illa: "No puedo decir ahora si el fútbol profesional va a poder reiniciar su actividad antes de verano. Sería una imprudencia por mi parte". El verano comienza oficialmente el próximo 21 de junio, dentro de algo menos de dos meses, pocos días antes de la fecha que se ha marcado LaLiga.

Todo está, por tanto, al límite. De hecho, semanas atrás la LFP ya trasladó a los clubes instrucciones para que tomaran medidas de contención y reducción del gasto, acuerdos con futbolistas, expedientes de regulación temporal de empleo y recomendaciones de cara a los próximos meses como echar mano de la cantera y repescar jugadores cedidos. El objetivo, evitar en la medida de lo posible que la crisis genere deuda y problemas de liquidez que echen por tierra el trabajo realizado en los últimos años, dirigido a que los clubes no gastaran más de lo que son capaces de generar. El conocido como 'Fair Play' Financiero.

En este escenario el mercado de fichajes va a echar el freno, aunque no todo hay que verlo en negativo. Tal como reflejaba días atrás Rodri Baster, fundador de la empresa de representación Promoesport, "a día de hoy el sector del fútbol está mucho más sano que en la crisis del 2008, que fue devastadora porque los clubes y la patronal estaban quebrados, no había una Liga fuerte, no había venta conjunta de derechos de televisión y cerca de 30 clubes entraron en concurso de acreedores". Una situación que "no es la realidad actual, con un reparto televisivo más equilibrado, una Liga cohesionada y fuerte y eso, unido a que equipos han entrado en ERTE o han negociado reducciones de salarios, hace que el cajón de la temporada 2019/20 se salve. Si se vuelven a jugar las competiciones, aunque sea sin público, la pérdida será cuantiosa pero soportable", afirma.

¿Es el fin de la escalada de los fichajes multimillonarios que hemos visto en las últimas temporadas? Rodri, agente entre otros de Carlos Soler, dibuja un "mercado de fichajes más conservador, bien por falta de liquidez o por prudencia. Los precios de los traspasos van a sufrir un retroceso, una minusvalía de entre el 25 y 30 por cien", aunque también un mercado de oportunidades especialmente para los clubes menos hipotecados o que sepan manejar mejor la situación "para dar un paso adelante a nivel cualitativo con respecto a algún competidor que tenga más dificultades financieras a corto plazo".

A corto plazo, la evolución la van a marcar los equipos grandes porque son el primer eslabón de la cadena: "la incertidumbre es muy mala para cualquier mercado, no solo para el futbolístico, a la hora de invertir. Si los clubes top no inyectan dinero al mercado, obviamente los traspasos serán mucho menores y los clubes que están en un nivel inferior no tendrán mucho dinero que gastar". Luego, "los clubes que no tienen necesidad de vender, van a aguantar y esperar al siguiente mercado a ver si es más normal para vender en los precios de los últimos años; y aquellos que no tengan más remedio que vender para equilibrar el balance, tendrán que hacerlo por debajo del valor que en principio le hubiera ofrecido el mercado", asegura. El precio de Rodrigo o de Kondogbia o el de cualquier futbolista estará más que nunca en función de la necesidad que la necesidad que tenga el RodrigoKondogbiaValencia CF.

De hecho, ahora mismo el fútbol está en 'stand by' y no solo las competiciones, también la planificación y las inversiones: "Hay muchísimos clubes que lo que han hecho es paralizar la situación para ver el escenario que habrá en uno, dos o tres meses y eso hace que las operaciones en curso se hayan frenado, aunque hay alguna renovación que se está haciendo. En estas situaciones de incertidumbre todos tienen tendencia a ser conservadores y no aventurarse".