Quién le iba a decir a André Messika, cuando en 1972 fundó la firma de joyería que lleva su apellido, que 47 años más tarde sería inseparable de la idea del diamante moderno en el imaginario de la mujer contemporánea. El milagro, que no ha sido fruto de otra cosa que de sus buenas ideas y mucho trabajo, ha pasado por la incorporación de su hija Valérie a la casa en 2003. Con una visión innovadora (hasta entonces nadie había pensado que los diamantes podían formar parte del paisaje de la vida cotidiana) y un gusto refinado (el diseño de las piezas, incluso en el caso de la alta joyería, es exquisito por su sencillez), Messika conecta con mujeres tan distintas como Beyoncé, Millie Bobby Brown, Serena Williams o Julia Roberts. No hay secretos, ni trampa, ni cartón. Valérie, como mujer, sabe lo que quieren las mujeres y respeta y admira su diversidad. Para representar esa idea ha elegido a Kate Moss, Joan Smalls y Sylvia Hoeks, que cuentan la historia de Lucky Move, su última colección.