El sencillo truco para acabar con los olores de la nevera

La mezcla de alimentos en el frigorífico genera en ocasiones una mala sensación al abrir la puerta después de varias horas. Se puede evitar con este simple truco

El sencillo truco para acabar con los olores de la nevera

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Te levantas por la mañana, abres el frigorífico para tomar un vaso de agua o de leche y ¡zas! te viene un tortazo en forma de olor. Ya sabemos que prácticamente todos los alimentos tienen cabida en una buena nevera, pero no siempre cuidamos la manera en la que debemos guardarlos. De la misma manera que debemos cuidar los hornos, hagamos lo mismo con el resto de electrodomésticos.

Fresas, pescado, carne o comida cocinada tienden a generar un ambiente particular en el electrodoméstico. Los olores pueden mezclarse e incluso una bebida abierta puede saberte a algo muy diferente. ¿Nunca te ha sabido el agua a fresas? Pues bien, además de guardar cada producto en su departamento y de manera adecuada, existen varias opciones para preservar los olores.

Limón... y ¡corcho!

Hay productos que sirven para limpiar o desodorizar el frigorífico, pero también hay trucos caseros que hacen su función correctamente. Siempre hay quien coloca un limón partido por la mitad en dos zonas de la nevera, generando cierto ambientador cítrico.

Por nuestra parte te aconsejamos un truco menos conocido. Se trata del corcho. Nos sirve el típico de una botella de vino. Una vez te lo bebas, no tires el corcho. Déjalo dentro de la nevera. Puedes partirlo en un par de trozos o colocar varios en diferentes puntos de la nevera o incluso el congelador y verás cómo al día siguiente han desaparecido algunos de los molestos olores que suelen invadir dicho electrodoméstico.

¿Por qué se forman malos olores en el frigorífico?

Al abrir la puerta del frigorífico o del congelador, muy a menudo nos asalta un olor bastante desagradable, más o menos intenso. Las causas pueden ser múltiples y variadas. En primer lugar, la presencia de alimentos que huelen mal por naturaleza, como el ajo, la cebolla y ciertos tipos de queso como el gorgonzola.

Los alimentos que se han estropeado, como una fruta podrida, desprenden mal olor. Lo mismo ocurre si guardamos los alimentos de forma incorrecta, sin papel de aluminio protector o no en recipientes herméticos. Por último, no limpiar el frigorífico con regularidad contribuye a los malos olores.

Una vez cada 15 ó 20 días, acostúmbrese a vaciarlo completamente y a limpiar las paredes interiores y los estantes con una solución compuesta de agua y bicarbonato o de agua y limón. Para hacerte la vida más fácil, realiza la operación antes de ir a comprar: ¡la nevera estará casi vacía! Y por último, recuerda: ¡pon un corcho en la nevera o el congelador y se acabaron los problemas!