Por qué hay piedras en la vía del tren y para qué sirven

Es habitual verlas en muchas líneas ferroviarias a pesar de que ni mucho menos son el método más efectivo para cumplir su función

El sorprendente secreto que esconden las vías del tren

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El ferrocarril es uno de los medios de transporte más eficientes. Con él puedes desde distancias cortas en el ámbito urbano hasta emprender largos viajes. Además, es muy respetuoso con el medio ambiente. Con emisiones significativamente más bajas que los aviones o los coches, es una opción consciente para quienes buscan reducir su huella de carbono mientras ven mundo.

A diferencia de los aviones, los trenes te permiten apreciar la belleza del paisaje en su máxima expresión. Desde las montañas hasta los valles e incluso los pueblos, mirar por la ventana te aporta vistas muy bonitas. Además, en los últimos tiempos han evolucionado para ofrecer comodidades y lujo. Desde camarotes privados para viajes nocturnos hasta vagones restaurante y otros servicios.

Las ventajas de viajar en tren

Un pasajero se prepara para subir a un tren

Un pasajero se prepara para subir a un tren / Pexels

Uno de los encantos de viajar es la posibilidad de entablar conversaciones espontáneas con otros pasajeros. Compartir historias y experiencias mientras el tren avanza crea lazos que trascienden el tiempo y el espacio. En un mundo cada vez más conectado digitalmente, ofrece un espacio para la conexión humana genuina.

Sumergirse en un viaje en tren es como caminar por los pasillos de la historia. El ferrocarril fue testigo del auge de la Revolución Industrial y unió naciones a lo largo de los siglos. En cada chirrido de las ruedas sobre los rieles, se puede sentir la conexión con el pasado, mientras ves el mundo del siglo XXI al otro lado de la ventana.

El balasto, un inseparable de las vías

Una vía llena de balasto y un tren de mercancías pasando por el sentido opuesto

Una vía llena de balasto y un tren de mercancías pasando por el sentido opuesto / Pexels

A cualquiera que viaje en tren por primera vez en su vida le llama la atención un detalle. Y es que debajo de las vías suele haber un montón de piedras. No están ahí porque sí, sino para cumplir una función específica. Se denominan balasto y su razón de ser es aguantar y distribuir de forma uniforme el peso de los ferrocarriles sin que las vías se deformen y absorber las vibraciones, entre otros beneficios.

Sin embargo, si el tren que has cogido es el AVE no habrás encontrado el balasto por ninguna parte. Y es que en estos casos está prohibido porque en la alta velocidad hay mucho más riesgo de que alguna salga disparada. Y estamos hablando de piedras con un diámetro de entre 4 y 15 centímetros, por lo que no es ninguna broma darse un golpe con ellas. En su lugar es obligatorio utilizar hormigón, un material que es más efectivo pero también más caro y por eso no se emplea habitualmente en otro tipo de vías.