Se acabó la ley del silencio. Ayer José Mourinho volvió a hablar. Estuvo sereno, serio. Solo desplantó a los periodistas en la última pregunta. No quiso responder, se levantó e igual que llegó, se fue.

El entrenador del Real Madrid rompió la ley del silencio. Junto a Sami Khedira, compareció ante los medios de comunicación obligado por la UEFA, que amenazaba con multar al club blanco con 3.000 euros si el técnico no atendía a la prensa en el día previo a un partido de Liga de Campeones.

Mou no dejó ningún recado ni mensajes ocultos. Sin embargo, sí entró en un bucle al contradecir al director de Relaciones Institucionales del Madrid. Emilio Butragueño explicó el sábado que el club veía con buenos ojos la decisión de no hablar con la prensa. «El silencio lo ha tomado nuestro cuerpo técnico y vestuario», dijo el exjugador blanco. Mientras que Mourinho escurrió el bulto y afirmó que él no es «el responsable» ni tiene poder para decidir «absolutamente nada». «No tengo que justificar nada», añadió el portugués.

La directiva o el entrenador. Uno de los dos no está diciendo toda la verdad. Lo que sí es cierto es que en el seno de la entidad blanca las aguas están revueltas y no es solo entre cuerpo técnico y directiva donde existen divergencias. Las diferencias también se han colado en el vestuario merengue. Al parecer, el pasado jueves hubo una reunión entre todos los jugadores del primer equipo. Iker Casillas y Sergio Ramos podrían haber convocado a sus compañeros para, entre todos, evitar y rechazar las posibles teorías conspiratorias. También hablaron de su juego y de qué aspecto deben mejorar.

Si esa reunión existió, Mourinho no se enteró. Y cuando lo hizo, se enfadó. Al portugués le gusta controlar hasta el mínimo detalle de lo que sucede en su vestuario. Y esta vez se le fue de las manos. No obstante, no es la primera vez que salen a la luz las diferencias en los banquillos del Madrid. Los ´clanes´ de lusos, por un lado, y de españoles, por el otro, han provocado más de una polémica esta misma temporada.

No quiso hablar más sobre el tema el entrenador del Real Madrid. Y cuando se le volvió a preguntar, giró la cabeza, le dijo algo a su acompañante de mesa, Sami Khedira, y ambos se levantaron al mismo tiempo. Se marcharon sin despedirse. ¿Seguirá la ley del silencio tras el partido de Liga de Campeones?, le preguntaron al portugués. Este dio la callada por respuesta.

Ahora el que habla es Emilio Butragueño. Pese a que, por contrato, quien tiene que hablar con la televisión pública española es José Mourinho, las últimas declaraciones las ha realizado el exfutbolista. Hasta cuándo continuará la protesta ´pacífica´ del Madrid es un misterio. Pero mientras esté Mou al frente del club blanco es evidente que las decisiones las toma él.

Por eso, y tras los acontecimientos de las últimas semanas, queda más patente que nunca que la ley del silencio fue cosa del portugués, en consenso con sus jugadores, que Butragueño estuvo en lo cierto el sábado y que ayer, de nuevo, Mou se la volvió a jugar a la prensa.