Uno de los mejores delanteros de los últimos 15 años. Un punta sin igual. Potencia, músculo y olfato. La sensación de ser imparable cuando arrancaba y el hombre que convirtió en realidad el sueño de Abramovich: levantar la Champions League. Drogba puso ayer punto y final a una carrera excepcional a pesar de unos inicios marcados por las dudas y la incertidumbre. En Guingamp sin embargo encontró el punto de estabilidad. El de inflexión. Ese que provocó que el Valencia se interesara por él, pero el Olympique de Marsella apareció y se lo llevó al Velodrome. En solo un año en el cuadro galo, el delantero de Abiyán llevó al OM a la final de la UEFA y en Göteborg su camino sí se cruzó con el Valencia. Y especialmente con Robero Fabián Ayala. El argentino fue la 'criptonita' del delantero y muy pronto, antes del minuto 15, le indicó lo duro que iba a ser aquel choque. Aquel marcaje pasará a la historia de la entidad de Mestalla y sobre todo, permanecerá para siempre en la memoria del costamarfileño, quien años más tarde reconocía su admiración por el 4 del conjunto valencianista.

Un equipo con Barthez en portería, Flamini en el centro del campo y Drogba en la punta de ataque junto a Marlet se presentó en Göteborg para disputarle la final al Valencia de Benítez. Drogba llegaba tras anotarle a todos los equipos a los que se había enfrentado en Europa. El Madrid fue la primera víctima. El Newcastle la última. Y uno de los grandes culpables de que el africano no celebrara ningún tanto en Suecia fue Ayala. Primera acción entre ambos y codazo del argentino. El punta al suelo. Después, en cada salto estaba el '4'. Y en cada carrera también. En definitiva, un marcaje para guardar y enseñar a los más pequeños. El cómo parar a un 'elefante' que dominó Inglaterra durante casi una década. Sus goles, como los de Van Nistelrooy, Henry, Owen, Cantona o Sherear, entre muchos otros.

En la final de 2004, el Valencia sacó cara, dio un recital y le enseñó la cruz a Drogba, quien años más tarde levantaría la Champions League. El nueve fue el reflejo de la ambición de Abramovich que encontró su momento cúlmen en 2012. Con un tanto de Drogba sobre la bocina. Fernando Torres provocó aquel córner que cambiaría el desenlace. Mata lo golpeó con sutileza y lo puso en la cabeza del futbolista de Abiyán y el resto es historia. De hecho, parece que el destino tenía preparada la imagen de Drogba como protagonista de aquella cita, en la que también haría el gol definitivo desde la tanda de penaltis. Además de ese título, cuatro Premier y más títulos en Inglaterra, además de la liga en Turquía.

La Copa África

La espina clavada para Drogba será la Copa África. Dos finales perdidas y ese penalti errado ante Zambia son su peor recuerdo. Eso sí, más allá del fútbol, la influencia del delantero en su país es enorme. Ha construido hospitales gratuitos para niños, se ha involucrado en la política y ha donado dinero para el crecimiento de una población que ayer vio cómo su gran ídolo decía adiós al fútbol tras una gran carrera de éxitos.