¿Cuándo volverá el fútbol? Es la gran pregunta. Pero es muy difícil aventurar una respuesta que ahora mismo nadie tiene. Ni siquiera Tebas y todos los presidentes de Primera y Segunda División que han vuelto a verse este jueves en distintas videoconferencias, algunas por la mañana y otras por la tarde.

La patronal y los clubes siguen abordando el estado de alarma en LaLiga, cuya última decisión oficial fue aplazar la jornada del pasado fin de semana y la que debería haberse disputado este. Sin embargo, el tema central ahora es el marco de medidas del gobierno en materia laboral al que llegado el caso podrían acogerse. Todo, eso sí, a título informativo y sin que se haya tomado ninguna decisión al respecto. Al contrario, la patronal es optimista, confía en retomar la competición y prefiere esperar.

LaLiga ha puesto al día a sus integrantes de las contingencias fiscales y laborales que les afectan después del Real Decreto aprobado por el Consejo de Ministros el pasado martes. La preocupación de los clubes, como la de la totalidad de las empresas, es una realidad, si bien el propio Tebas no considera que en este momento sea un asunto prioritario, así que de momento la labor se limita al asesoramiento.

A la espera de retomar las competiciones cuando la curva de contagios del coronavirus descienda, en la práctica totalidad de casos no hay previstas medidas drásticas a plazo corto ni el panorama es alarmante. Sobre todo en lo que respecta a los clubes de Primera de la Comunitat: Valencia CF, Levante UD y Villarreal CF. Está previsto que en los próximos días se produzcan nuevas reuniones.

Después de haber cifrado en 700 millones las pérdidas si el grifo se cierra con el 25% de partidos por disputarse, el riesgo de colapso por la parálisis de ingresos (taquillas, patrocinadores y sobre todo TV) abre la posibilidad de que los clubes puedan verse obligados a plantear ERTES o reducciones de salarios. Sin embargo, de momento no lo ha hecho ninguno, ni siquiera el Las Palmas, que ha echado en las últimas horas marcha atrás. Todo en este momento depende de la evolución en la propagación del Covid-19.

Por desgracia, lo que sí empieza a convertirse en una realidad es que salvo giro radical el apagón del fútbol no va a durar sólo dos semanas. El gobierno ya ha dejado caer una prórroga para el confinamiento de los ciudadanos en sus casas, así que lo normal es que se acabe anunciando también que, hasta que no vuelva la normalidad al país, tampoco se retomarán las competiciones.

En el mejor de los casos LaLiga volverá entre finales de abril y mediados de mayo con la fecha límite del día 18, cuando la curva de contagios ya habrá bajado. En el peor, pese al aplazamiento de la Eurocopa, será imposible acabarla, un extremo en el que Rubiales y la Federación no quieren ponerse y que Tebas también descarta. Salvo que quedasen desiertos y la competición se declarase nula, los campeones, ascensos y descensos no se decidirían sobre el campo. Tampoco los clubes clasificados para Europa.

Cambios en el mercado de fichaje: contratos y cesiones

Terminar la temporada antes del 30 de junio obligará a un maratón de partidos entre semana tanto de LaLiga como de la Champions y la Europa League. Hacerlo después no mejora el panorama. La FIFA, que ya ha designado igual que la UEFA una comisión de análisis para abordar todos los cambios necesarios principalmente en el calendario, tendría que dar luz verde a la ampliación de los contratos de los jugadores y las cesiones a partir del día 1 de julio.

De no ser así, futbolistas cedidos como el italiano Florenzi en el Valencia tendrían que volver a sus clubes de origen antes de acabarse la temporada oficial. Y los que quedan libres estarían sin contrato. Un galimatías que va a obligar a la FIFA a introducir modificaciones en el Reglamento del Estatuto y Traspasos de Jugadores que permitan afrontar el nuevo escenario.