Iker Casillas ha anunciado esta mañana su retirada definitiva como futbolista profesional tras un año en la sombra, entre los despachos y el verde. El portero ha estado este último curso apartado de las competiciones oficiales tras el infarto sufrido en mayo de 2019, aunque recientemente levantó la copa de campeón de Portugal junto a sus compañeros de Do Dragao, un bonito gesto del club luso.

El que fuera guardameta del Real Madrid, pone a si punto y final a su trayectoria deportiva tras vivir sus últimos años en Oporto. "Lo importante es el camino que recorres y la gente que te acompaña, no el destino al que te lleva, porque eso con trabajo y esfuerzo llega solo y creo que puedo decir, sin dudar, que ha sido el camino y el destino soñado".