José Campaña ya es oficialmente internacional por España. El granota se convirtió ayer en el segundo futbolista de la historia del Levante UD en vestir la camiseta de la absoluta, un auténtico orgullo para el club y para el levantinismo, que no veía a uno de los suyos en esta tesitura desde Ernesto Domínguez en el 63. El sevillano, con el 21 a la espalda, ingresó en la segunda mitad del encuentro y dejó una buena actuación a nivel individual. Buenas sensaciones y un día que el centrocampista jamás olvidará.

Entró por Ceballos y Coincidió con Busquets, Mikel Merino, Canales y luego con Rodri en la medular, donde poco a poco fue ganando confianza y protagonismo. De hecho, a los pocos minutos de entrar ya se pedía las faltas y los córners; personalidad no le falta y en Orriols lo tienen claro. Y por si fuera poco, en la última ocasión del partido esprintó para meter la bota lo justo y desviar un disparo de Diogo Jota que se marchaba para dentro. A nivel personal fue una gran noche para el andaluz, el primero de los debutantes en Lisboa. Más tarde fue el turno de Adama Traoré, un auténtico portento físico que destacó por su verticalidad y explosividad.

El jugador de los Wolves fue el único que generó peligro en una pobre segunda mitad del combinado de Luis Enrique, claramente de más a menos durante los 90 minutos. El técnico asturiano ya avisó que era el día de «probar» cosas nuevas, por eso no jugó Gayà de titular y sí lo hizo Reguilón. El valencianista también entró en la segunda mitad y además de rendir en labores defensivas estiró al equipo con sus aportaciones ofensivas, vitales para que el equipo respirara del acoso de los lusos.

En su once inicial, el técnico apostó por Diego Llorente en lugar de Sergio Ramos en defensa, por Canales y Ceballos junto a Busquets en la medular o por Gerard Moreno en la punta del ataque. Los menos habituales no entraron mal a la cita, pero la Roja pasó de dominar el control del balón y tener ocasiones de gol, sobre todo un par de disparos lejanos de Dani Olmo y un mano a mano de Gerard bien tapado por Rui Patrício, a todo lo contrario. A equipo le faltó profundidad y también colmillo. Rodrigo no deslumbró más allá de un disparo lejano que se marchó rozando el palo y todo pasaba por las combinaciones de Canales y Dani Olmo por la banda izquierda. El jugador del RB Leipzig fue quien más lo intentó, aunque la más clara llegaría en la segunda mitad.

Los cambios de Portugal, sobre todo el ingreso de Bernardo Silva y posteriormente de Joao Félix cambiaron la tendencia tras el refresco y solo la fortuna evitó la derrota de los españoles. Dos veces escupió el larguero un zapatazo de los lusos, primero de Cristiano Ronaldo y posteriormente de Renato Sanches. Fueron dos misiles que Kepa ni vio venir, pero que golpearon en la madera y cayeron sobre el verde, el segundo de ellos sobre la misma línea de gol.

Atascada y sin ideas, España se limitó a contener las embestidas de su rival. El partido estaba para el 1-0 o para la acción salvadora a balón parado. Solo un buen destello de Adama Traoré, que se marchó por velociad por la banda y centró, acercó a los de Luis Enrique al gol, pero de nuevo Rui Patrício estuvo acertado sacando con el pie el disparo de Olmo. Ya al final, Gayà sacó un córner sobre la bocina, pero ni así se dio el caso. Y por si faltaba poco, todavía quedaba una ocasión clarísima para los pupilos de Fernando Santos. Ruben Neves centraba también desde el córner y Ruben Semedo, el exjugador del Villarreal CF, remataba de cabeza en el área pequeña y sin oposición. Su intento rozó la cepa del poste diestro y así terminaba el encuentro.

No era el día. Mala imagen de los españoles por mucho que Luis Enrique manifestara en rueda de prensa que «habían sido mejores que los lusos». Es motivo de ponerse las pilas: España debe afrontar ahora los dos partidos que sí serán oficiales de la Liga de Naciones. Suiza y Ucrania serán los rivales y los partidos en los que los españoles buscarán mejorar su imagen y ganar para asegurarse el liderato del Grupo 4.

Así fue el Portugal - España