España está en ese proceso de transformación y buscándose a sí misma. Con problemas en el centro del campo, sin despejar las dudas en la portería y con la ausencia de un ‘9’ que dé ese punto diferencial que necesitan las grandes selecciones. Ya no solo por el tema gol, sino por la influencia directa en el último tercio de campo. Ayer fue Ucrania pero podía haber sido cualquier otra selección la que aprovechara los defectos de una Roja que debe comenzar a formar a un bloque sólido para la Eurocopa de 2021. Por nombres y por continuidad. Porque ante los de Shevchenko el problema fue el de últimamente. Buenos futbolistas pero poco colectivo. Y Ucrania, con una mezcla de hombres de la vieja guardia y jóvenes con orden pero también desparpajo, derrotó a España con un gol de Tsyngakov en un error coral en el que volvió a salir retratado De Gea. Y al final, el único recurso de la selección fue meter, como se dice coloquialmente, balones a la olla con Ramos como delantero.

El encuentro, desde el propio once, no invitaba al optimismo. Olvidando la defensa. De los seis hombres encuadrados entre centro del campo y delantera solo repetían dos con respecto al choque contra Suiza. Ansu Fati y Mikel Merino. Más allá de las rotaciones necesarias, España está en un momento en el que necesita de que los jugadores se entiendan sobre el terreno de juego y eso lo hacen los partidos. Por eso, a Canales se le vio algo desaparecido. Lejos de la versión, por ejemplo, ofrecida en este arranque de curso con el Betis. También Adama Traoré. El atacante fue vertical y no dejó de encarar. De su ímpetu no hay dudas, pero se le vio algo precipitado en el centro y excesivamente encorsetado. No fue el día tampoco de Ansu Fati, ni tampoco de Rodrigo Moreno. El delantero remató un centro de Navas para tener la primera gran ocasión de España, pero Bushchan acertó y envió el balón a córner.

Ese fue el escenario que preparó Ucrania, que permitió los centros laterales para tapar la zona central. Y ahí se ahogó España. Los de Shevchenko además amenazaban con el robo y salida rápida y el contexto no cambió en la segunda parte. Los cambios de Luis Enrique tampoco mejoraron al equipo. Ferran sí agitó algo ese costado izquierdo en un partido tímido —poco habitual en él— de Ansu Fati. Ceballos sin embargo no aportó frescura por dentro y Oyarzabal, que tuvo el 0-1 en sus botas, tampoco tuvo ese rol que necesita el cuadro nacional arriba. De esa manera, previsible y chocándose ante un muro, España desesperó y Ucrania metió la primera que tuvo.

En un error coral de España, los de Shevchenko aprovecharon un error coral. Rodri Hernández y Ceballos estaban muy pendientes de la presión en campo rival, Bushchan mandó un balón largo al que no llegó Reguilón para la disputa y en un abrir y cerrar de ojos Ucrania había hecho el primero. Navas no cerró bien por dentro mientras España se hundía a la izquierda, Pau salió a perseguir al pasador y Ramos, algo vendido, tampoco acertó a tapar el pase interior. Además, De Gea salió cuando menos debía y se dejó la portería totalmente a vacía para el remate rival. Y en ese amalgama de errores, la Roja se dejó los puntos en Kiev. Para colmo, la imagen del final, con Ramos de delantero y principal baza, evidenció el grave problema de la selección en la delantera. A pesar de eso, Luis Enrique todavía tiene tiempo por delante, aunque cada vez menos. España sigue líder en su grupo de la Nations League y el margen de mejora es amplio.