Longoria, dos años redorando el blasón del Olympique de Marsella

El presidente del club francés, con pasado en el Valencia, repasa su trayectoria

EFE

En los dos años que cumple al frente del Olympique de Marsella, el español Pablo Longoria ha logrado restaurar el crédito de un club acostumbrado a las turbulencias en el césped y en los despachos.

A sus 36 años, este amante del fútbol nacido en Oviedo ha alcanzado el puesto más alto en un club acostumbrado, en las últimas décadas, a que los propietarios dejen las riendas en manos de un ejecutivo sin capital en la entidad.

Así lo hizo el multimillonario estadounidense Frank McCourt el 26 de febrero de 2021 cuando, en medio de una crisis de resultados y un divorcio con la apasionada afición de la ciudad mediterránea, sustituyó a Jacques-Henri Eyraud para entronizar a Longoria, que hasta ese momento era su director deportivo y que se convirtió en el presidente más joven del centenario club desde 1909.

"Si me das una tarde me lo pienso y analizo todo, porque jamás hubiera pensado que ese momento pudiese llegar", aseguró entonces Longoria, según confiesa en exclusiva para el podcast "Monsieur Le Président", una producción de la Agencia EFE para Podium Podcast, que está disponible en todas las plataformas y que relata en cinco episodios toda la trayectoria personal y profesional del máximo mandatario del club marsellés.

El español, que había pasado por los despachos de Newcastle, Atalanta, Recreativo de Huelva, Sassuolo, Juventus de Turín y Valencia, se sentó en un sillón donde antes había habido emblemáticos nombres como Bernard Tapie, que presidió y dirigió el club en sus años más gloriosos. Y también los más sombríos en un club acostumbrado a los extremos.

La responsabilidad era muy alta para un hombre que, hasta ese momento, había sido "ojeador", responsable de fichajes o director deportivo, pero que nunca había tenido toda la responsabilidad de un club bajo su batuta.

"Al principio, le recomendé que siguiese en la dirección deportiva, que es lo que hace perfecto. Pero acertó aceptando. Está demostrando que es capaz. Es sorprendente porque no lo había hecho nunca. No es tan sorprendente si le conoces", señala al podcast el hoy director de Fútbol del Barcelona, Mateu Alemany, con quien coincidió en el Valencia.

En dos años, el Marsella que ha ido forjando Longoria se parece al equipo que desde 1993 es el único francés que ha conquistado la Liga de Campeones, todo balo la sombra del todopoderoso París Saint-Germain, que se beneficia de toda la potencia financiera de Catar.

Su primera decisión fue sentar en el banquillo al argentino Jorge Sampaoli, que en media temporada llevó al equipo a la quinta posición, antes de conquistar el subcampeonato en la siguiente y regresar a la Liga de Campeones.

Longoria tuvo que afrontar la salida abrupta del argentino antes de comenzar la presente campaña y le sustituyó por el croata Igor Tudor, que acaba de firmar la mejor primera vuelta del club en lo que va de siglo, lo que le mantiene segundo de la tabla a cinco puntos del PSG, al que eliminó en octavos de final de la Copa de Francia.

El presidente español del Olympique de Marsella celebrará los dos años sentándose en el palco este domingo en el "clásico" del fútbol francés de nuevo contra el máximo rival, el PSG, al que puede presionar en la clasificación en un momento complicado.

"Asumir un puesto como la presidencia del Olympique requiere mucha valentía y Pablo no dudó ni un segundo", afirma al podcast Pedro Iriondo, director de Estrategia del club, uno de sus escuderos junto a Javier Ribalta, director de Fútbol.

"Le dije que la propuesta para ser presidente le demostraba que se fiaban de él y que en poco tiempo le habían conocido para darle una responsabilidad así", señala este segundo en "Monsieur Le Président", cuyo quinto y último episodio se publicará este domingo.

Marsella vive por y para el Olympique y Longoria apreció pronto esa dimensión social del club más popular de Francia. "Es mágico y único. No puedes ser presidente del Olympique de Marsella sin tener pasión. Es el club más pasional de Europa. Viviendo en la ciudad, estás obligado a amarlo", confiesa.

Estos dos años han sido "un periodo de crecimiento individual muy importante" y una "adaptación a marchas forzadas".

Longoria, que hace un año creía que su paso por la presidencia del Olympique de Marsella no tendría continuidad ni en ese puesto ni en el de director deportivo en cualquier otro club, se muestra ahora más abierto y no descarta nada.

"Me centro en la mejor construcción de un proyecto posible y en el mejor desarrollo profesional para poder dar todo a este club", asegura.

Falta un trofeo que galvanice el trabajo de Longoria, muy respetado por el vestuario, aplaudido por la prensa y alabado también por la sulfurosa grada del Velódromo.