Hay muchas maneras de decirlo y quizá la más clara es la que utiliza Mateu Alemany, «un proyecto no se desmonta en dos meses». Coincido en que eso ha de ser así y de hecho desde aquí he defendido desde que empezamos a vislumbrar la puntita de esta crisis (o no crisis) que esta apuesta por la estabilidad tenemos que preservarla a toda costa, cada uno desde su posición y bajo su responsabilidad. Y la suya, efectivamente, es la máxima, lo que quiere decir que su trabajo es exigirle a Marcelino por encima de todo Marcelinoresultadosy llegar al fondo de todas las cuestiones que puedan estar influyendo en esta mala racha, cosa que sin duda estará haciendo. Creo que, más que al entrenador, con su discurso trata de ayudar y reforzar mentalmente a los jugadores, restarles presión relativizar incluso el mal momento, aunque para ello llegue a decir algo tan impopular y tan alejado de la lógica como que los resultados «no son tan malos». Es cierto que habiendo marcado solo tres goles más bien repartidos, la posición del Valencia CF tanto en La Liga como la Valencia CFChampions

Y otra cosa en la que coincido con el director general es en que todo lo que está pasando no viene de la indolencia por parte de los jugadores, quizá sería más acertado decir que viene de la impotencia, porque los jugadores (o casi ninguno) y el cuerpo técnico no han sido capaces de alcanzar el nivel físico, táctico y emocional que tuvo este equipo la pasada temporada y eso le ha hecho bajar varios escalones. Ojo que ganarle al Girona es clave.