Ni los propios jugadores de la Real Sociedad podrán creer que se han llevado un punto de Mestalla y, lo más grave, le restan los dos primeros de la temporada al Valencia CF, de esos que más tarde se acaban echando de menos. Algo que nunca, digo nunca, debió pasar. Sí, si no llega a darse esa jugada desgraciada en el último de los más de ocho minutos que prolongó el árbitro estaríamos celebrando la victoria, diríamos que el equipo jugó mejor y lo mereció, que ganar era importantísmo después de tanta tensión, pero así es como empezamos hace justo un año y cuando nos quisimos dar cuenta el Valencia CF llevaba ya diez empates.

Lástima, porque el equipo quiere, expone todos esos argumentos que ya conocemos porque son los mismos de la temporada pasada, pero sin Parejo le falta mucho fútbol y control de la situación, y con Rodrigo o sin Rodrigo le falta gol.

Es decir, estamos más menos como entonces, aunque con el delantero titularísimo para Marcelino pendiente de un hilo porque su traspaso sigue siendo una posibilidad que empieza a ser dramática a medida que pasen los días. Vender a Rodrigo, que en un momento fue un plan en el que todos estaban de acuerdo, puede acabar siendo una irresponsabilidad si se hace en los últimos días de mercado y sin un recambio de plena garantía.