No es fácil ser favorito cuando delante está un equipo como el Real Madrid pero si algo han conseguido Albert Celades además de meter al Valencia CF en los octavos de final de la Champions que no es poco, es que creamos en ellos hasta el punto de acudir esta noche a Mestalla con la seguridad y la confianza de que estos tíos van a dar la cara, de que a poco que las cosas salgan bien van a ganar este partido, sea quien sea el que juegue enfrente. Lo demostraron el día del Chelsea, aunque por detalles no se acabó ganando ese partido, y sobre todo en Amsterdam, donde fueron capaces de anular las mejores virtudes de uno de los mejores equipos de Europa como el Ajax. Son partidos que se parecen mucho a este en cuanto a exigencia y quizá el único punto que pinta a favor del equipo de Zidane esté en la duda de si el Valencia CF podrá volver a dar todo de sí mismo, un partido más, con las bajas que tiene y el cansancio acumulado. El equipo, efectivamente, está al límite en casi todos los sentidos, no como el rival que pudo dar descanso a sus hombres en la Champions. Esta desventaja solo se compensa con mucho apoyo desde la grada, vaya como vaya la cosa. Luego hay que acertar con las ocasiones, cosa que para derrotar al es vital. ¿Será pecado decir que el Valencia CF es favorito?

Peter Lim

Hoy estará de nuevo en Mestalla, viene y va, pero es una auténtica lástima no poder escuchar las explicaciones de Peter Lim, que al fin y al cabo es el propietario de la mayoría accionarial, el responsable último y directo de las líneas estratégicas que guían el presente y futuro de nuestra querida sociedad Valencia CF. Parece impensable que a estas alturas no haya detectado ya que sus representantes aquí le generan demasiados problemas, por mucho que dediquen parte de sus esfuerzos y recursos a apagar fuegos. En concreto el presidente Anil Murthyo dice lo que seguramente no diría si él mismo lo entendiera. Por eso acabó desprestigiando por ejemplo a Mateu Alemany en un discurso que se supone iba dirigido a no hacerlo. Seguramente no llegará nunca el día en que el propio Lim explique directamente y sin filtros su manera de entender este negocio en el que se ha metido, el por qué de sus decisiones, las que salen bien y las que no, aunque no por ello hay que dejar de exigirlo.