La operación de Rodrigo al FC Barcelona se rompía durante la tarde de este martes 28 de enero por muchas circunstancias, pero por una única razón: Peter Lim no aceptó las condiciones tan especiales que el club azulgrana planteaba para asumir los 60 millones del fichaje del delantero. Porque en un último y desesperado intento, aunque nunca se puede decir último hasta que se cierre el mercado, el Barça aceptaba llegar a esa cantidad, la misma del pasado verano con el Atlético, aunque igual que ocurría entonces, ni podía pagar ni siquiera garantizar el pago de la totalidad en los próximos meses, razón por la cual nunca quiso comprometerse a esa opción de compra obligatoria en el acuerdo de cesión. El máximo accionista del Valencia CF ha estado nuevamente receptivo a la salida de Rodrigo, es innegable. No es nada personal, de hecho es el futbolista que le ha acompañado desde sus primeros días en esta aventura, incluso antes, pero puso un precio y se ha mantenido firme hasta el final a pesar de la insistencia del FC Barcelona y de las muchas opciones que ha puesto sobre la mesa para convencer a Lim.

Si Rodrigo, como parece, se queda, el Valencia CF tratará de cerrar el mercado de invierno con la llegada del lateral derecho, y con eso intentará cumplir los objetivos marcados para esta temporada. Cabía una posibilidad de que, al margen de Rodrigo, se produjera un cambio en la delantera, pero el tiempo se acaba y también parece difícil que al final ocurra.

A la desesperada, sí hubo una posibilidad de que se hiciera efectiva la salida de Rodrigo. Decíamos que en esa última reunión a la que asistió Anil Murthy en Barcelona se habló de un futbolista del Barcelona que le encajaba al Valencia CF y podía desbloquear la salida de Rodrigo. El jugador, en realidad, no era del Barça, sino que la misma noche del lunes se lanzó para intentar acordar el fichaje de cara a la próxima temporada -recordemos que ahora no tiene dinero para hacerlo- pero jugaría los próximos meses cedido en el Valencia. Es el capitán del Sporting de Portugal Bruno Fernandes, hoy por hoy uno de los mejores futbolistas del país vecino y también uno de los más cotizados en el mercado. Una operación absolutamente inverosímil que el Valencia aceptaba porque el futbolista le venía de perlas, siempre que el Barcelona, que debía actuar a toda prisa, lograra robárselo al Manchester. Y claro, de la misma manera que el Barça no engañó a Lim con sus regateos porque la realidad es que no puede fichar a nadie, tampoco hizo lo propio con el presidente del Sporting.