No es ninguna broma ni parece que la cosa pueda tener marcha atrás, aunque nunca se sabe y más tratándose de Rodrigo Moreno. Llegó a València y tuvo que esperar varios días escondido en un hotel hasta que se pudo hacer oficial su incorporación al proyecto de Peter Lim. Hace un año se despidió del equipo y, casi cuando cogía el coche para irse hasta Madrid, le avisaron de que su traspaso al Atlético se había roto.

El delantero se marcha del Valencia CF después de seis años de luces y sombras, deportivamente se le va a echar de menos, pero esta es una operación que no tenía vuelta de hoja. Independientemente de la complicada situación del club, de la necesidad que tiene por ingresar dinero y desprenderse de las nóminas más costosas, al margen de la pandemia y de los efectos que tiene en el mercado, era muy complicado que las trayectorias de Rodrigo y del Valencia CF pudieran ir mucho más allá de este verano.

Siempre fue un jugador especial para Lim, su primera gran apuesta en la aventura o el capricho del fútbol. El máximo accionista siempre tuvo entre ceja y ceja que lo había comprado por treinta para venderlo al menos por el doble. Después de frustrarse la operación del Atlético hace un año y de que el intento del Barcelona en enero quedase en un auténtico fraude, este verano era el límite.

Con 29 años y dos más de contrato, era la última oportunidad, vender aunque tuviera que ser a la baja o estar obligado a renovar al jugador casi de por vida. Por mucho cariño que le tuviera, asumir que el retorno de esa inversión iba a ser solo deportivo no entraba en los cálculos y menos en la situación actual. En realidad, casi que podrían dar las gracias de que hayan aparecido Bielsa y Radrizzani en la vida de Rodrigo.

Así pues, una vez vendido Rodrigo Moreno por una cigra que no es la deseada pero tampoco está mal, Meriton tiene ya el grueso de su limpieza del verano prácticamente hecho. Han sacado del equipo a Garay, Parejo, Rodrigo y Coquelin, se les ha marchado Ferran y en cuanto a asuntos de los gordos y preocupantes de verdad les queda por resolver lo del portero. No es poco marrón lo de Cillessen, pero después de haber desmontado ya en pocas semanas gran parte de la columna vertebral de lo que ha sido este equipo, la pregunta ya empieza a ser obligada... ¿Y ahora qué? Porque habrá que empezar a fichar futbolistas y a configurar el auténtico equipo que van a poner en manos de Javi Gracia para una temporada llena de dificultades, en la que digan lo que digan el objetivo no puede ser otro que pelear para volver a la Champions League. Eso o quedarse definitivamente a años luz de muchos de sus rivales en LaLiga.