El último partido deja a los aficionados con más ganas de ver fútbol y eso es mucho hablando de este Valencia CF del desencanto y la frustración, en el que sin ir más lejos han sido más de doscientas peñas las que han pedido al máximo accionista que eche al presidente Anil Murthy.

Ese clima de conflicto permanente contrasta con las ganas de volver a ver al equipo de verdad, el que el viernes le ganó al Villarreal de Emery, Parejo y Coquelin porque ante todo los jugadores deseaban ganar ese partido que tanto simbolismo tenía para mucha gente. Y para el propio club también. Un equipo que se muestra en el campo como tal, con una actitud que evidencia la buena conexión que se ha establecido entre el grupo y el nuevo entrenador además de un despliegue físico del que se intuye hablaremos mucho a lo largo de la temporada. Es básico, como también lo empieza a ser ponerse manos a la obra para rematar la plantilla cuanto antes.

Reforzado

Es curioso que el Valencia CF salga reforzado de dos partidos como estos cuando en parte se esperaba lo contrario, porque se enfrentaba a dos equipos bastante más hechos a estas alturas de verano y además era el único de los tres que los iba a jugar en solo 24 horas, sin descanso de por medio. Porque Gracia ha visto ya salir a cuatro o cinco futbolistas importantes, pero el Valencia todavía no ha cerrado un solo fichaje cuando entramos ya en el mes de septiembre y queda muy poco para que LaLiga, si es que el virus lo permite. Por mucho que el club quiera sacar pecho de su cantera, no puede salir a jugar un partido amistoso a estas alturas de pretemporada con un equipo casi filial, aunque la jugada al final saliera bien.

Y en realidad el entrenador, entre las ventas y las bajas de jugadores también importantes como Soler, Kondogbia, Gameiro, Lato o Piccini, no tenía mucha más opción que dar descanso a muchos futbolistas y evitar así percances. Por muy bien que le estén saliendo las cosas, ya adelantó el técnico que aquí nadie tiene una varita mágica, necesita los refuerzos y sobre todo tener claro lo antes posible con qué elementos va a poder trabajar. Y eso afecta tanto a los posibles fichajes que están por llegar como a nuevas salidas.