La voluntad de llevar adelante el proyecto del nuevo estadio no es suficiente, además hay que tener recursos, eficacia e ideas que lo hagan realidad, cosa que Meriton no tiene ahora después de dos temporadas seguidas en Champions League, como tampoco los tuvo antes el Valencia CF cuando se clasificó tres años seguidos. Entonces la burbuja, ahora el virus, las autoridades ya saben que en un plazo corto el club no va a poder meterse de lleno en esta operación si no aparece algún maná que está claro no será Peter Lim, así que la única vía para evitar el desastre será que las autoridades logren llevar esa voluntad al máximo compromiso posible para acabar el estadio y trasladarse en el plazo más corto posible.

Lo imposible, salvo sorpresa, quedará atrás, la prórroga, nos guste o no y a la gran mayoría no nos gusta, es inevitable. Tampoco gusta que la planificación de la plantilla esté donde está a solo cinco días de la competición, también en la prórroga, sin goles y sumando más bajas. En cinco días el Valencia empieza a jugarse los primeros puntos, la Champions y el futuro estadio.

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