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Condenados otra vez por los horrores defensivos

El Levante vuelve a generar peligro, perdona y acaba pagando por sus errores en la retaguardia.

Condenados otra vez por los horrores defensivos

Rubi no se escondió y buscó liarla gorda con Rossi y Ghilas de inicio. Un giro al dibujo, de nuevo sin Cuero en el once titular y con el regreso de Simao Mate, que se estrenó como capitán, en perjuicio de Camarasa. La apuesta se desbarató a los 52 segundos por otro desajuste: saque de centro, pérdida de Ghilas y rápido contragolpe, con centro de Tremoulinas para que el esférico, tras tocar en la espalda de Iborra, cayera muerto a las botas de Gameiro, que fusiló a Mariño. Ni había pasado un minuto y el gol convirtió ya el encuentro en un correcalles. El Levante pudo empatar de inmediato con un disparo de Morales que no atrapó Rico y acabó impactando contra la cruceta para volver a las manos del cancerbero sevillista. El gol dolió, pero no hubo desconexión en la vertiente ofensiva, por lo menos a la hora de proponer. Lo que no desapareció es la sensación de que de nuevo el encuentro era una ruleta rusa, que podía pasar cualquier cosa. Los granotas transmitían peligro, pero también lo permitían. De un resbalón de Ghilas en el área hispalense, el Sevilla generó una contra veloz con medio equipo fuera de sitio y Gameiro volvió a sentirse liberado hasta que Trujillo „novedad por Navarro„, más rápido, evitó el desastre. El delantero francés acariciaría poco después el doblete en otra acción desde el costado de Iván López. Su remate impactó contra Mariño cuando el Pizjuán entonaba ya el 2-0.

El peligro del Levante volvía a estar en las botas de Morales. En un minuto, en dos ocasiones entrelazadas, Mariano apareció en ambas para evitar que el partido volviera a sus orígenes o incluso cambiara de color. Desde la izquierda, el '11' demostró 'in situ' que tenía razón Monchi cuando pensó en él como relevo de Aleix Vidal. Cada arrancada generaba un 'uy' en un Pizjuán que no se fiaba ni un pelo porque la renta era mínima y la propuesta ofensiva visitante obligaba a ser un bloque sin fisuras. Y cuando no era Mariano, ahí estaba Kolodziejczak para ser más raudo que el argelino Ghilas, que estaba preparado para mandar a la red el enésimo centro de Morales en menos de media hora de locura. Lerma también lo intentó con un remate que se marchó alto y el propio 'Moro' tuvo otra opción ante el nerviosismo de Nervión. El Levante perdonó y Mariño dio vida con un paradón tremendo a Gameiro. A la contra, sobre todo desde el costado izquierdo, buscando la movilidad del su '9' y el juego directo de Iborra, el Sevilla esperaba el momento de la estocada. Delante, en labores asociativas, Rossi, en su primera titularidad, se mostraba impreciso. El italiano era un querer y no poder, sobre todo en un chut ajustado con Sergio Rico ya superado. Hasta el último segundo de la primera parte, el Levante creyó en sus posibilidades. Toño, como el resto, también tuvo el punto de mira desviado.

El guión se repitió en el segundo acto. Un minuto y 2-0. Pase de Reyes, que golpeó en Trujillo y el balón le quedó a Gameiro, que en vez de rematar asistió a Iborra para que el exgranota marcara a puerta vacía. Evidentemente no celebró el gol. El Levante estaba contra las cuerdas y entre Gameiro, que perdonó el 3-0, y Sergio Rico, el encuentro se aceleró un poco más. Fallo tremendo del guardameta local y primer gol de Rossi, cuarto en su quinto enfrentamiento liguero ante el Sevilla, el segundo en el Sánchez Pizjuán. Los horrores defensivos obligaron a remar contra el resultado, pero este equipo volvió a dar una lección de fe. Cinco minutos después a su regalo, Rico repelió a córner otro remate venenoso de Morales. El nerviosismo se apoderó del Sevilla y Morales seguía a lo suyo, buscando el área, también de mediapunta cuando Rubi dio entrada a Cuero „en banda izquierda„ por un atropellado Ghilas y el primer balón que tocó fue para forzarle una amarilla a Krohn-Dehli. Verza lo intentó con dos remates desde fuera del área que no inquietaron a Rico. Del posible 2-2 y en otra internada desde el costado de Iván López, Konoplyanka, más fresco porque acababa de entrar y conscientes del agujero en el '2', se sacó de la chistera un zapatazo imparable para Diego Mariño. Un poema el semblante del arquero gallego, que irrumpió para evitar el cuarto en las botas de Tremoulinas y aferrar a los suyos al milagro. El 3-1 fue demasiada losa, aunque los granotas no tiraron la toalla. Nadie en el Pizjuán se acordó del fallo de Sergio Rico en el gol de Rossi cuando apareció providencial ante la última bala de Morales.

Ficha técnica:

Sevilla: Sergio Rico, Mariano, Kolodziejczak, Rami, Tremoulinas, N'Zonzi, Cristóforo, Krohn-Dehli, Iborra (Konoplyanka, 63'), Reyes (Kakuta, 72') y Gameiro (Fernando Llorente, 79').

Levante: Mariño, Iván López, Trujillo, Feddal, Toño, Simao Mate, Verza (Camarasa, 80'), Lerma (Xumetra, 63'), Morales, Rossi y Ghilas (Cuero, 69').

Goles: 1-0, m. 1: Gameiro; 2-0, m. 46: Iborra; 2-1, m. 55: Rossi; 3-1, m. 75: Konoplyanka.

Árbitro: Álvarez Izquierdo. Amonestó al local Cristóforo; y al visitante Toño.

Estadio: Sánchez Pizjuán, ante unos 35.000 espectadores.

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