El gafe persigue al Levante (4-3)

Clerc, a puerta vacía, tuvo el 4-4 en el último suspiro tras una segunda parte en la que se volvió a tirar todo por la borda

Roberto Soldado se lamenta del fallo de Clerc.

Roberto Soldado se lamenta del fallo de Clerc. / LALIGA

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El Levante va camino de la perdición más absoluta. Al infierno y hacia un estado de dificultad extrema hacia la permanencia, después de desaprovechar dos ventajas en el marcador y tener las oportunidades más claras del encuentro. Ni Alessio Lisci ni tres goles a domicilio le bastaron para dar un portazo a la losa de ocho meses sin conseguir una victoria. El cuadro granota está abonado al drama, hundido en el fondo de la clasificación y con un futuro poco esperanzador tras caer por cuatro goles a tres en casa del Espanyol. Pese a ello, la mala suerte volvió a sobrevolar al equipo granota. Clerc, tras un centro de Cantero que no tocó Soldado, mandó por encima del larguero el 4-4 en la última jugada del duelo. Fue el reflejo de un curso agónico y de una pesadilla que no tiene fin.  

De hecho, el arranque del partido mandó al Levante a sus antecedentes más crueles y difíciles de gestionar, cuando a los seis minutos del pitido inicial Darder enganchó un balón desde la media luna del área que acabó en el fondo de la portería defendida por Dani Cárdenas. El ‘10’ del Espanyol aprovechó un despeje de Malsa que le cayó perfecta a su pierna derecha, para enviarlo hacia dentro con la mala fortuna de que pasó entre las piernas del medio de Martinica.

Pese al golpe que sufrieron en pleno tanteo de sensaciones, los pupilos dirigidos por Alessio Lisci no se arrugaron ni cayeron en el desánimo. Mediante un ejercicio de insistencia y criterio, y con sus hombres de banda como autopista por las que percutir en ataque, el cuadro granota le dio la vuelta en un margen de veinte minutos. De Frutos, el mejor en clave levantinista, superó la línea de gol a placer después de un centro de Son que peinó Roger, y un cuarto de hora más tarde, le puso un balón medido a Son para que, solo de marca y entrando desde atrás, batiese a Diego López.

Fue el resultado final con el que el cuadro de Orriols se marchó al descanso tras someter a un Espanyol que se quedó sin argumentos para llevar el encuentro a su terreno, aunque Cárdenas fue providencial para impedir el empate a dos con dos intervenciones de mérito, primero a Darder y después a Embarba. Pese a ello, uno de los mejores locales de la competición no supo contrarrestar a un Levante que tuvo oportunidades para engordar su marcador antes de finalizar la primera parte. Morales, de menos a más, fue protagonista de las dos más claras, después de errar un claro mano a mano ante Diego López que mandó a un córner que él mismo se encargó de finalizar con una volea al segundo palo, pero el meta, nuevamente, le negó un tanto por el que opositó el tiempo que estuvo en el verde.

No en vano, el guion del primer asalto fue idéntico al segundo. Tanto en contra y a remar a contracorriente. Raúl de Tomás, fiel a su cita con el gol, puso en el fondo de la red un desajuste defensivo en un centro lateral, pero el Levante no solo le quitó la cara al partido, sino que se volvió a poner por delante. Un córner a favor del Espanyol lo transformó en diana el Levante, con un Roger inteligente en prolongación, un De Frutos, pletórico, asistiendo y un Morales logrando el gol que tanto peleó en la primera parte, a portería vacía y finalizando una contra llevada a cabo con determinación. No obstante, la alegría duró un suspiro. Concretamente, tres minutos.

Tras saque de esquina, una prolongación de Sergi Gómez la mató Puado a bocajarro, para abrir un encuentro de ida y vuelta en el que el Espanyol encorsetó a su rival en la última media hora de juego y acabó ganando. En pleno intercambio de golpes, Puado hizo bueno un mal rechace de Cárdenas a disparo de Raúl De Tomás, quien remató sin piedad para hurgar en la herida de un Levante que se dirige, cuesta abajo y sin frenos, hacia el infierno. La expulsión de Son, enrabietado y siendo el reflejo de una afición harta de tantos tropiezos, fue una anécdota entre tanto drama. No obstante, Clerc tuvo el empate en el último suspiro, pero, tras mandar fuera un centro de Cantero desde la banda, la mala fortuna apareció otra vez en un Levante que se queda sin motivos para mirar al futuro con optimismo.