Al Levante le 'pesa' el regreso a Segunda (0-0)

La victoria se resiste y pese a que el equipo creció con los cambios en la segunda mitad, no fue suficiente y se marchó con un agridulce empate de La Romareda

Iborra, durante un lance del juego

Iborra, durante un lance del juego / LEVANTE UD

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El algodón de la Segunda División no engaña, y la realidad decreta que, pese a que la competición solo tenga dos jornadas consumidas, conquistar la cima del ascenso no será una tarea sencilla. El empate cosechado en La Romareda (0-0) fue la prueba de que el Levante tendrá que poner, más si cabe, ganas, ímpetu y cabeza para que la categoría de plata no se convierta en un contexto difícil de controlar. El equipo dirigido por Mehdi Nafti vivió todo tipo de situaciones en el cómputo global de los noventa minutos. Vivió encorsetado, gozó de tramos de dominio y estuvo en el alambre, y pese a que la intranquilidad pudo con el equipo granota en más de un aprieto, el Levante volvió a obtener un punto de difícil calificación y cuya sensación, generalizada, fue de sinsabor. De que aún queda para adaptarse a su nueva realidad y de que la mejor medicina es una victoria que se resiste.

Sin embargo, el equipo dirigido por Mehdi Nafti no encontró estabilidad sobre el terreno de juego en los primeros compases del enfrentamiento. El Zaragoza, motivado por estrenar su ambicioso proyecto ante su gente, encorsetó al Levante, dominó el esférico e intimidó en más de una ocasión la portería defendida por Dani Cárdenas, encargado de sostener a los suyos con grandes paradas. Una prolongación de Jair Amador, a los cinco minutos del inicio, fue pateada por Vada dentro del área, pero el meta sacó la mano para despejar un peligro que se acercó nuevamente mediante las botas de Eugeni. El ‘8’ zaragocista, desde fuera del área, ejecutó un lanzamiento a la escuadra que obligó al canterano a volar sin motor, mientras un cuarto de hora después, detuvo una internada de Echevarría desde la izquierda. Una embestida que le nubló las ideas a los granotas, pero de la que, poco a poco, se fueron recomponiendo.

Álex Muñoz y Wesley, a falta de diez minutos para el descanso del encuentro, fueron los encargados de dar síntomas de peligro, aunque fuera tímidamente. El central cabeceó un balón parado de Son que se marchó por encima del larguero por pocos centímetros, mientras el atacante utilizó la misma fórmula que el ‘16’ para intentar subir el primer tanto al luminoso. Sin embargo, su remate, cazando un centro desde la derecha, se fue lamiendo el palo defendido por Cristian Álvarez. Pese a ello, el Levante se vio con la obligación de recapacitar tras el paso por vestuarios. Nafti lo tuvo claro. Ante la falta de productividad, metió a Campaña sobre el verde, al que vio física y mentalmente como el más preparado en la rueda de prensa previa. Y el equipo salió con otro aire y lo demostró a los tres minutos de la segunda parte.

Pepelu, desde la esquina, envió un esférico a Álex Muñoz al que solo le faltó una pizca de suerte, ya que Cristian Álvarez se estiró de forma felina para impedir la diana granota. De hecho, a cabezazos quiso el Levante tumbar la portería maña. Gonzalo Melero la tuvo al cuarto de hora después de dar con la testa una prolongación de Iborra, antes de dar entrar a Jorge De Frutos. Tras cinco meses de ausencia por lesión, y en medio de los rumores de su posible traspaso, el ‘18’ reapareció mientras Nafti, consciente del potencial que atesoraba su banquillo, quiso meter más pólvora en el verde para desatascar un enfrentamiento al que le faltó un golpe de efecto. Un chispazo o una genialidad. Pese a ello, el Levante creció en el mejor momento, aunque sin la fortuna que se requiere, a veces, la Segunda División.

A diez minutos del final, y después de que Montiel y Pepelu ingeniasen una acción que finalizó el ‘8’ topando el cuero en Mollejo, De Frutos mandó un balón al larguero, pero más cerca estuvo, en un tramo en el que el partido se convirtió en un ida y vuelta constante, de sumar un triunfo en el tiempo de descuento. No obstante, a Soldado le faltó un par de centímetros para meter en el fondo de las mallas, tras desvío de Iborra, un centro de Son. Un empate que sigue sin desatascar a un Levante al que se le resiste la victoria.