El Ciutat se merece un capricho

Los pupilos dirigidos por Javi Calleja, a los que no les descentra la Copa, quieren firmar una nueva gesta esta temporada y vencerle a un Atlético inmerso en una crisis de resultados

El ambiente previo al choque copero fue de alegría. A pesar de jugar ante todo un Atlético de Madrid, los futbolistas creen en sí mismos para plantarse en los cuartos de final de la Copa.

El ambiente previo al choque copero fue de alegría. A pesar de jugar ante todo un Atlético de Madrid, los futbolistas creen en sí mismos para plantarse en los cuartos de final de la Copa. / FRANCISCO CALABUIG

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Más allá de la magnitud que atesoran los mejores equipos del panorama nacional, nada, ni nadie, independientemente de su potencial, siente indiferencia ante el Levante. No solo por lo mucho que representa, sino por tratarse de un club que, inmerso en su ilusión de ascender a Primera División, circula imparable hacia su objetivo. Después de superar su mejor registro de partidos sin perder en toda su historia dentro de la competición liguera (14), el cuadro de Javi Calleja es tendencia. Incluso, es temido entre todos sus adversarios. Por su potencial, por su carisma, por su estilo de juego y, sobre todo, por el amor propio que desprende

No obstante, la Copa del Rey también es tendencia en un barrio de Orriols que habituado, o incluso malacostumbrado, a ver a los suyos sumar sin parar en la categoría de plata, quiere, sin importar quién esté delante, seguir apartando obstáculos en su camino. Aunque no sea un equipo que actualmente se esté bañando en plata, el Atlético de Madrid, próximo rival copero y uno de los mejores clubes del Viejo Continente, siempre impone un respeto que pone firme a sus contrincantes. Es más, da igual cómo aterrice en sus citas. Sin embargo, el Levante es de los que menos entiende de contextos donde deje su brazo a torcer. Le importa, más bien poco, cómo se encuentre el que esté por delante. Aunque su objetivo resida en estar el año que viene entre los mejores, es egoísta. Y por ello, quiere darlo todo en Copa contra el Atlético de Madrid.

Aún asimilando el apoteósico triunfo contra el Granada, el Ciutat de València calienta motores para la que, nuevamente, será una cita de altura. Orriols es consciente de que en su intención de remar al unísono con el equipo para subir a la élite del fútbol español, pero, de carácter caprichoso, quiere ser testigo de nuevas gestas por parte de un Levante que no tiene techo. A pesar de enfrentarse al Atlético de Madrid, la situación del combinado colchonero no presume de ser tan positiva como la que se vive en el Ciutat. En Copa ha ido avanzando rondas, pero en LaLiga ha ganado solo uno de sus seis últimos partidos. Dinámica que le ha desinflado en la pelea por el título y que le coloca en una situación comprometida en la pelea por puestos de Champions. Torneo del que no solo cayó eliminado en fase de grupos, sino que no disputará ninguna competición europea en lo que queda de curso. Por lo tanto, la Copa del Rey es su vía de escape.

La responsabilidad con la que llegan los del Cholo Simeone, cuestionado sobre un hipotético fin de ciclo, será el factor que agitará un Levante que no cambiará su identidad. A través de «un equipo competivo», sin diferenciar entre titulares y suplentes, y pendientes de Postigo, el cuadro levantinista querrá tener el balón porque es un equipo egoísta. Y aunque su sueño sea el de ascender, quiere más.