Róber Pier: “No estoy hundido por ese penalti, pero me destrozó mucho. Hice de todo por ascender”

Róber Pier, casi nueve meses después de la injusta decisión que le impidió al Levante subir a Primera División, regresa al Ciutat de València tras limpiar cabeza y con la camiseta del Sporting de Gijón, club en el que se siente importante, muy feliz y con la ilusión de volver a la élite después de sentir que “necesitaba un cambio” por “una jugada desafortunada”.  “Salí el último del vestuario, después de horas y horas llorando sin poder ni levantarme de mi sitio”

El central en un partido en esta temporada con el equipo asturiano

El central en un partido en esta temporada con el equipo asturiano / RSG

Rafa Esteve

Rafa Esteve

Inmerso en su última temporada con contrato en el Levante, Róber Pier se dejó el alma para devolver al club en el que creció personal y profesionalmente a Primera División. Su tramo final de liga estuvo marcado por jugar, en más de una ocasión, infiltrado para no dejar de lado a su equipo, mientras se erigió como uno de los centrales más solventes de la categoría. Tal fue su ímpetu y sus ganas, que unas ligeras molestias, en la semana del encuentro de vuelta contra el Alavés, le derrumbaron anímicamente al sentir miedo por tener que perderse un partido que soñó disputar desde que se descendió a Segunda, pero, finalmente, y trabajando mañana y tarde para estar disponible, cumplió con su objetivo de vestirse de corto en el último escalón hacia la élite. 

Sin embargo, sus 7 años en Orriols, sus más de 180 partidos oficiales, y una condición de capitán que se labró con el paso del tiempo, quedaron empañados tras ser infractor, y víctima, de un penalti tan dudoso como cruel. Ni en sus peores pesadillas imaginó un escenario así, pero, después de refugiarse en su familia, y en un amigo que, de no haberlo acompañado en las horas posteriores a la tragedia, hubiera sido una noche “mortal”, el defensor gallego pudo tirar hacia adelante. No obstante, nada, ni nadie, le hará olvidar un momento que le destrozó por completo. Casi nueve meses después de aquel 17 de junio de 2023, Róber Pier volverá a pisar el Ciutat ilusionado con el reto de ascender a un histórico como el Sporting, pero sin olvidar, desde el agradecimiento eterno, su etapa en el Levante.

¿Qué tal está?

Muy bien. Estoy muy feliz en Gijón, donde estoy más cerca de casa. Contento, la verdad.

Pese a incorporarse al Sporting a mediados del mercado de verano, inmediatamente se convirtió en un jugador importante.

Tuve que hacer una adaptación rápida. Fue lo que me tocó por estar libre. Empecé bien el año. Pese a que en los dos primeros partidos nos costó arrancar, luego comenzamos a jugar muy bien. Es muy bonito estar arriba peleando todo el año por ascender.

¿Esperó vivir una temporada con su nuevo equipo siendo candidato al ascenso?

Cuando me empezó a llamar el Sporting, y a tener interés en mí, no pensé en objetivos claros, pero sí que, con toda la ambición del mundo, quería que el año fuera como está siendo. Es una liga muy difícil, pero estar arriba, y tener ilusión de pelear por ascender, era mi objetivo personal. Quise aportar, dar valor y aportar mi granito de arena. Somos ambiciosos, queremos todo. Con toda la humildad del mundo, y respetando a todos los rivales, una vez te metes en este lío debes ir a por todas. Si vas a por lo máximo seguro que das tu mejor nivel, por lo que el tiempo pondrá a cada uno en su sitio. 

¿Qué ambiente se respira en Gijón ante el buen momento de su club?

Aquí hay mucha presión social por ascender. Históricamente somos un club de Primera División, y aunque el año pasado lo pasaran mal, esta temporada es distinta y van a exigir estar arriba. Tenemos la presión, y la obligación, de intentar dejar al Sporting en el lugar que corresponde. Nos lo hace sentir así la gente. 

Desde fuera, da la sensación de que El Molinón está volcado con la causa.

Los primeros partidos no jugamos a nuestro máximo nivel, pero empezamos a competir bien y a tener un estilo marcado. La gente se fue enganchando poco a poco y El Molinón fue creciendo. Ya de por sí es un estadio de mucho valor, que tiene mucha masa social. Y estando arriba… Imagínate. Nos han hecho seis, siete u ocho recibimientos espectaculares. El día del derbi fue una locura. No viví algo así en mi vida. No nos queda otra que agradecérselo a la afición porque nos dan un plus. 

Róber Pier se reencuentra con el que fuera su equipo durante varias temporadas

Róber Pier se reencuentra con el que fuera su equipo durante varias temporadas / RSG

¿Cómo ve al Levante de cara al próximo domingo? 

Ahora mismo, el Levante se encuentra a una distancia un poco lejana, pero se debe a la racha que está teniendo. Además, creo que en esa mala dinámica han tenido partidos en campos muy difíciles. Dentro de lo que cabe, es una distancia que no es tan larga después de lo que han vivido. El Levante tiene una plantilla muy buena. Han hecho un buen equipo, con muy buenas individualidades, y pueden ganar a cualquiera. Es algo que tengo clarísimo. Con Felipe al mando creo que van a simplificar un poco más. Me espero una idea más ordenada y más rigor, pero son peligrosos en todas las formas. Respetamos mucho al Levante. En el club, y cada uno de mis compañeros, pensamos que va a ser un partido muy complicado.

Será, sin duda, un partido especial para usted.

Sí, sin duda. Tengo muchas ganas de volver a estar allí. Va a ser una sensación extraña, pero me hace mucha ilusión regresar a ese estadio, ver a los trabajadores que saludaba siempre, dar abrazos a gente que llevo mucho tiempo sin ver… Me apetece mucho ese día. Lo llevo pensando desde el principio, fue el primer partido que miré en el calendario. Mucha ilusión por ver a tanta gente a la que le tengo mucho cariño. 

¿Qué balance extrae de sus siete años como levantinista? 

Los años en los que estuve disponible siempre jugué mucho. He tenido rachas de no jugar, como en la primera vuelta de la temporada del descenso, pero luego acababa siendo importante. Con mi época en el Levante me siento orgulloso, incluso con mi último año. Creo que hice una buena temporada y estuve muy bien. Siempre hay errores por el camino, como todos los jugadores, pero, pese a cómo acabó todo, me siento orgulloso de mi etapa en el Levante. La gente es libre de opinar, pero siempre lo he dado todo. A nivel general, creo que, cada año, he sido un jugador importante.

¿Esperó militar tanto tiempo en el Levante?

El primer año no. De hecho, en la primera mitad de la temporada, no jugué prácticamente nada y me encontré en una situación que no me imaginaba. En invierno tenía más la cabeza en irme que en otra cosa. Y, al final, una lesión te permite entrar, empiezas a participar, juegas todo hasta el final y eso te cambia la vida. Ahí es cuando te planteas más cosas. Vuelvo al Deportivo en pretemporada, pero mi mente estaba en el Levante, con mucha comunicación con ellos y habiendo mucho interés. Ahí ves una relación, y un camino, que se empieza a crear hasta el punto de que se prolongó todos estos años. Y, sinceramente, muy contento de que haya sido así. En el Levante he sido muy feliz. 

"Me siento orgulloso de mi etapa en el Levante. La gente es libre de opinar, pero siempre lo he dado todo. A nivel general, creo que, cada año, he sido un jugador importante"

Sin embargo, el desenlace de su etapa fue muy doloroso. 

Sí… Fue un final cruel, doloroso y un shock bastante grande, la verdad. Pero bueno… Son cosas que pasan en la vida. No sé si mi nombre quedará grabado por ese penalti. Fue un momento muy jodido, pero haciendo balance, y viendo las cosas con perspectiva, no me reprocho nada. Es una jugada desafortunada, que podría haber pasado en otro momento o en otro partido, pero me tocó sufrirlo así y vivir un momento muy complicado. Pese a ello, es parte del fútbol. Estás jodido un tiempo, pero hay que intentar acortar el dolor y seguir adelante. Hay cosas mucho más importantes en la vida… 

Róber Pier con la camiseta del Sporting de Gijón

Róber Pier con la camiseta del Sporting de Gijón / RSG

¿Pasa mucho por su cabeza esa acción?

No lo he olvidado, pero no lo tengo en la cabeza. Para nada. Lo superé perfectamente. Las cosas se dieron así y tampoco puedo hacer nada al respecto. No hay más. Estuve unos días muy jodido, pero cuando volví a mi casa, y vi a mi familia jodida, llorando y con una pena gigante, porque saben lo que me importaba ascender con el Levante, se me pasó un poco. Llegué a la conclusión de que no tenía que permitir esa tristeza. Tenía que ser el que marcase la tendencia a estar bien y sentirnos todos mejor. Todo eso me hizo más fuerte mentalmente.

¿Cómo recuerda dicha jugada?

Buf… Recuerdo que fue un córner, sale el balón hacia el rechace y, al no haber nadie para salir, decido hacerlo a la desesperada en un momento en el que el jugador del Alavés tiene posición de remate. Intento tapar el mayor espacio que puedo y, cuando recorta, estoy girando y la inercia de mi brazo hace que el balón, después de tocar en mi cadera, impacta en el brazo sin yo saber dónde está en balón. Al final, cuando pasó todo, y la gente me venía y me decía tanto que no era penalti, como que sí que lo era pero que no pude hacer nada, decidí no darle más vueltas. Lo pitó y ya está. Punto. ¿Me destrozó en ese momento? Sí. Mucho. Pero no me paré a pensar. Decidí no hacerme preguntas ni enrabietarme buscando una explicación. Nos quedamos sin ascender y no te imaginas lo que me duele. Era mi objetivo y mi ilusión, porque mi sueño era darle esa alegría a todo el mundo. Fue por lo que estuve luchando, como el que más, los últimos meses. Las formas, o lo que opinara un árbitro, no iba a estar en mi cabeza. Decidió pitarlo y ya está. No podemos hacer nada más. Mi pensamiento fue el de asumir los daños y, sobre todo, curar las heridas. Intenté no pensar en por qué me pasó a mí. Podría haberme vuelto loco, que me afectara en mi vida y no permití que sucediera. No estoy hundido por esa acción, aunque lo pasé muy mal. Que me digan lo que quieran, pero fue mala suerte. 

¿Y las horas posteriores al fatídico desenlace?

Fue una noche complicada. Menos mal que tenía un amigo en Valencia, porque si no… Salí el último del vestuario, después de horas y horas sin poder ni levantarme de mi sitio, llorando… Lloré por muchas cosas. Llegué a casa muy tarde y estaba mi amigo. Me ayudó mucho porque me dio la opción de hablar, entre lágrimas, las cosas con alguien, estar más distraído, relativizar todo… De haber estado solo hubiera sido mortal. Al día siguiente, me levanté con un nudo en el corazón que me empujó a escribir un texto en redes sociales. Necesitaba decir algo, soltar lo que llevaba dentro. 

"¿Me destrozó en ese momento? Sí. Mucho. Pero no me paré a pensar. Decidí no hacerme preguntas ni enrabietarme buscando una explicación. Nos quedamos sin ascender y no te imaginas lo que me duele"

En la publicación que subió tras caer ante el Alavés, Iborra, en un largo mensaje, le escribió las siguientes palabras: “te vi llorar porque no sabías si ibas a poder llegar al partido e hiciste todo lo posible por ello. Lo conseguiste dándonos una gran lección”.

Sí. Ese momento fue muy duro. Antes del playoff de ascenso, jugué varios partidos infiltrado. Ante cualquier molestia siempre he tirado hacia adelante. Siempre he hecho todo lo que estaba en mi mano para poder jugar. Sin embargo, después del encuentro de ida contra el Alavés, noté una molestia en el recto y fui inmediatamente a hacerme una prueba. Estaba muy nervioso porque sentí algo raro. Y pensar que podía haber alguna lesión, hizo que entrase en la resonancia llorando. Estaba muy sensible ese día por si me perdía la final. No quería perdérmela bajo ningún concepto. Quería estar en el campo y ascender. Llegué a Buñol y, al tener aún el susto en el cuerpo, me puse a llorar en el vestuario con los médicos. La resonancia indicó que tenía algo, pero era muy pequeño. Toda esa semana me traté mañana y tarde. Hice de todo por estar. Cuando estaba llorando con los médicos, me fui al baño un momento, destrozado por cuestiones de sensibilidad, me vi a Iborra y le conté cómo me sentía. Por eso me dolió como me dolió. La gente, igual, no lo entiende o no se lo cree, pero todas mis ganas estuvieron en conseguir ese ascenso. 

¿Se le ofreció continuar en el club pese a no subir a Primera?

Cuando acaba el año, y sucede todo esto, mantuve un intercambio de mensajes con Calleja y con Felipe en los que me transmitieron su deseo de que siguiera. Contaban conmigo. Pero necesitaba un cambio. Ese fue el motivo de mi decisión. Por cómo había terminado todo, personalmente necesitaba empezar de cero en otro sitio y empezar en otro club y en otra ciudad. 

El central gallego ha disputado 27 partidos de Liga esta temporada

El central gallego ha disputado 27 partidos de Liga esta temporada / RSG

¿De haber ascendido hubiera seguido en el Levante?

De haber ascendido, creo que, después del año que había hecho, y cómo me había entregado, me hubieran ofrecido seguir. No lo sé, no soy adivino, pero creo que se hubiera dado la circunstancia.

Ahora está más cerca de su Galicia natal.

Sí, fue importante, aunque no fue el factor más trascendental. El Sporting es un club muy grande y yo estoy encantado. No es solo por la cercanía, pero estar al lado de mi familia y cerca de Galicia fue parte de mi decisión. 

¿Cómo cree que le recibirá el Ciutat de València?

No lo sé… Sinceramente, creo que hay gente que me tiene mucho cariño, otra que me tiene mucha rabia y otra a la que le daré igual. Como me reciban lo voy a asumir, no tengo nada que decir. Son libres de expresar su opinión. Le tengo mucho cariño al club, a la afición y a todo el mundo. El respeto hacia el Levante y a su gente es máximo. Los recuerdos que tengo de mi etapa en el Levante, y el mutuo cariño, es lo que me llevo.