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Cómodo, eficiente y tecnológico: probamos el Citroën C5X PHEV

Citroën lo ha vuelto a hacer y rescata la berlina para convertir al C5X en su nuevo buque insignia, dotado de un sistema híbrido enchufable de 225 CV.

Xavier Pérez

Desde que Citroën pasó a la historia como los ‘inventores’ de la suspensión, la marca no ha hecho más que reforzar esa idea. Paul Ernest Mary Magès, diseñador de la marca del doble chevrón, tuvo la feliz ocurrencia y la llevó a cabo en el 2 CV en el año 1944.

Ahora la marca presume de esta sensación de alfombra voladora y su último lanzamiento, el C5X encaja perfectamente en esta definición. Y pese a fabricarse en China es el mejor ejemplo del refinamiento francés en diseño y comodidad. Es el regreso de la marca al segmento D después de que lo abandonara con el último Citroën C5 en 2018.

La mejor manera de probar un coche es darlo a conocer en directo a quien no sufre de vicios (como los periodistas del motor, jaja). Realizado este experimento con una unidad del C5X Plug-in Hybrid 225 ë EAT8, la prueba empírica arroja que todos los usuarios, repito, todos, que han probado un viaje con este modelo aseguran que lo mejor es la suavidad de marcha. Un elemento que me parece esencial en un mundo de tecnología, metaversos y electrificación.

Dispone de tres niveles de suspensión —Comfort, Normal y Sport— que van asociados a los modos de conducción: Comfort en modo de conducción Comfort, Normal en los modos Híbrido y Eléctrico y Sport en Sport. Al final, lo que cuenta es la comodidad de uso, y en eso el Citroën C5X se muestra imbatible. Así que, bravo por Magès, porque su propuesta sigue siendo referencia para la marca y para el mercado.

Muy tecnológico

Hemos recorrido más de 3.000 kilómetros con este modelo híbrido enchufable y podemos asegurar que es uno de los más eficientes del mercado. Se trata de una berlina convertida en hatchback gracias a su portón trasero rematado con un pequeño alerón que realza su estilo deportivo. Familiar, berlina y SUV.

Nos quedamos con las dos primeras ideas, mientras que la segunda creemos que viene más para adaptarse a las modas que realmente para tener esa silueta. Con sus 4,81 metros de largo representa la mayor berlina de la gama de Citroën en busca de esa nueva referencia en el segmento.

Si queremos apostar por un diseño elegante, el Citroën C5X se adapta a esta característica. No en vano estamos ante el buque insignia de la marca francesa de Stellantis. Y lo más importante es que se trata de un modelo más asequible que su competencia. Viendo prestaciones, diseño, tecnología y comodidad, damos un voto de calidad a este modelo.

En el interior nos ha gustado mucho la propuesta ergonómica de los mandos y de los elementos de control. Dispone de una pantalla para la instrumentación de 7,0 pulgadas y otra situada en el centro, de 12 pulgadas (en esta versión con acabado Shine), para el manejo del sistema multimedia. Dispone de plataforma de carga inalámbrica para el smartphone.

También ofrece un sistema de proyección de información en el parabrisas, un head-up display muy funcional, además de disponer de un sistema de reconocimiento de órdenes vocales que reconoce instrucciones básicas y que responde a la voz de “Hey Citroën”.

Bravo por el uso de botonería para el manejo del sistema de aire climatizador. También lleva un mando (botón) para el volumen del sistema de audio. En conectividad emplea tanto Apple Car Play como Android Auto.

La palanca selectora del cambio es de pequeñas dimensiones y se encuentra situada en la consola central, junto con el botón de selección de modos de conducción.

El más confortable

El Citroën C5X destaca por su comodidad. Monta la misma suspensión del C5 Aircross, con los mismos topes hidráulicos en los extremos del recorrido de los amortiguadores (Progressive Hydraulic Cushions) que mejoran mucho la finura en marcha. En esta versión híbrida enchufable, los amortiguadores son de dureza variable.

Los asientos, que forman parte del paquete Advanced Comfort, tienen un mullido especialmente cómodo. Las plazas delanteras son muy cómodas, con asientos regulables eléctricamente, mientras que las traseras permiten viajar con mucho espacio a dos adultos. La plaza central trasera es testimonial.

El maletero dispone de una capacidad de 485 litros (en la versión no enchufable es de 545 litros). Se abre eléctricamente y se cierra con un botón en el mismo portón tarsero. No hay posibilidad de incluir nada bajo el piso ya que solo hay espacio para las herramientas.

Tampoco hay espacio para guardar el cable de recarga, que solo se ofrece con el equipo de enchufe doméstico y no un Menekes Tipo 2, aunque solo cargue a 7,4 kWh. Se trata de una opción que merecería la pena incluir de serie ya que podemos encontrar uno en el mercado por menos de 200 euros. No permite carga con corriente continua.

Potencia y eficiencia

Mecánicamente tenemos que destacar en la versión probada el buen rendimiento en modo eléctrico. Con la carga al completo nos anuncia más de 60 kilómetros de autonomía y no defrauda. Con la posición B en el selector de cambio la retención aumenta y mejora la eficiencia. También dispone de la posibilidad de recargar la batería gracias al sistema e-Save que permite usar el motor térmico para ofrecer 20 kilómetros de autonomía adicionales.

El motor térmico ofrece 179 CV. Es un Puretech 1.6 de gasolina, que combina a la perfección con un propulsor eléctrico de 110 CV (81 kW). La propuesta conjunta permite ofrecer 225 CV de potencia. La batería que lo alimenta es de 12,4 kWh.

Dinámicamente en paso por curva nos ha parecido un buen ejemplar rutero, aunque su fuerte no es, evidentemente, la conducción muy deportiva (por peso y características de la carrocería). En carretera y autopista se comporta con mucha suavidad, mientras que en recorrido urbano nos ha gustado por su comodidad de reacciones. El precio de nuestra unidad de pruebas es de 50.445 euros.