El suicidio de una joven concursante de la Isla de las Tentaciones ha hecho reflexionar a muchos sobre lo que viene después de estos programas. En España, donde alcanzó récords de audiencia, preocupó el caso de Christopher, acosado en su puesto de trabajo tras una de las escenas más comentadas del reality. Y en Reino Unido ocurría lo mismo con Caroline Flack, cuyo suicidio (apareció ahorcada) continúa siendo investigado.

La joven, muy criticada por la prensa del corazón, había aparecido en "Love Island", el programa que acabó de apuntalar su fama. Flack, presentador y exnovia del príncipe Harry, llevaba con dificultad esa presión y vivía un proceso de depresión debido al escrutinio público. La familia de la fallecida publicó un desgarrador mensaje en el que decía que le habían arrebatado "su mundo entero y su futuro".

Flack se quitó la vida horas después de confirmase que se enfrentaría a un juicio por presuntamente agredir a su novio. Se dice que la presentadora fue invitada a abandonar el programa por estos problemas. Los reality shows en Reino Unido fueron advertidos por Ofcom, la autoridad reguladora para las industrias de telecomunicaciones, de que tienen el deber de cuidar a sus estrellas.